G25: POTTER, LA JUVENTUD ENVIDIADA
La verdadera magia de Harry
Potter no reside en su sangre mágica, ni en sus capacidades para lanzar
conjuros o participar en torneos sobre escobas que vuelan. Más allá de tener
que soportar a sus parientes apenas un mes al año (lo que duran las vacaciones
inglesas, de finales de julio a finales de agosto), lo mágico en Harry es que
él, aunque pertenece a su mundo de brujas y de gigantes, en realidad es uno de
los nuestros. Criado al margen de la magia hasta los 11 años, su mente es la de
un chico cotidiano a la que poco a poco inducen a otro mundo distinto del que
vive el ciudadano de a pie, pero que, en el fondo, su psique piensa y actúa
según los criterios del mundo muggle o no-mágico. Eso le otorga una habilidad
única como eje central de la saga: la inocencia. Él es nosotros. Y nosotros
somos él. Y cuando él descubre algo por primera vez, los espectadores lo
descubren con él al mismo tiempo. En tanto Ron o Hermione ya lo saben de
antemano, para Harry es un descubrimiento, un nuevo hallazgo: desde su pasado
como mago a sus primeras clases, de su habilidad como deportista a la amenaza
de los dementores, de la muerte de sus padres al enigma de los horrocruxes, su
evolución no cambia su inocencia, que sigue tan inalterable como el primer día.
Incluso cuando Voldemort sale de su tumba para equilibrar la balanza entre el
bien y el mal, y hasta uno de sus amigos (varios, de hecho) caen bajo su
influjo, sus ojos azules retienen ese brillo especial que no desaparece al paso
de los años ni de los cursos en Hogwarts. La verdadera magia de Harry Potter
está en vivir una pubertad en un mundo donde el valor, la compasión y la
lealtad son aún más valiosas que la más poderosa de las varitas. Donde la
nobleza de corazón vence al mal y la justicia es, por definición, justa. Es
donde Harry vive su envidiada juventud, viéndola a través de sus ojos azules. Y
nosotros, a través de los suyos.
Nº De Serie: NC/TCM/00225. Escrito Por: The Cineman.
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