“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Ni Santos ni Pecadores: Solo Personas

NI SANTOS NI PECADORES: SOLO PERSONAS


 Dice la rumorología que cuando allá por los años 50 Vincent Price entraba en un set de rodaje, echaba un vistazo a izquierda y derecha, murmurando para sus adentros. Y, cuando acababa la película, a lo mejor faltaba una pequeña lamparita de noche o una cómoda del mobiliario, sin que nadie protestase por ello, al ser algo que se aceptaba dado el status de los actores en ese tiempo. Una indulgencia con la profesión debido a lo intocable de su fama que, en un extraño giro del destino, se ha pasado al otro extremo, en un mundo de redes virtuales y sociales (que irónicamente no sirven para socializar) donde el más pequeño defecto y/u opinión desata una verdadera crucifixión mediática. Ya se trate de Winona Ryder robando en una tienda debido a su cleptomanía, o al terremoto mundial provocado por la separación entre Angelina Jolie y Brad Pitt, que todo el mundo da su opinión como si ésta fuese una orden ejecutiva de Adolf Hitler en el Tercer Reich. Adornados por la pátina de la celebridad, en que parecen que viven en una realidad reservada y exclusiva para ellos, los actores al final son tan oscuros y luminosos como el resto de los mortales, con los mismos defectos y virtudes, necesidades y vicios. Y por más dinero y más fama que un actor/actriz llegue a tener, eso no le impide caer en drogas y alcoholismos como le pasó a Mickey Rourke, Lindsay Lohan, Charlie Sheen, Britney Spears, Macaulay Culkin, Amanda Bynes o Philip Seymour Hoffman, a veces con resultado fatales. Es precisamente en esa cumbre alcanzada donde reside el problema: que la cima de cualquiera montaña, hasta la de la fama, es un sitio pequeño donde solo cabe uno. Una soledad emocional que puede cambiar (y normalmente así es) la vida de quien llega a ella, y una prueba de que los actores ni son santos ni pecadores. Lástima que las redes sociales no entiendan de eso, imponiendo voluntades como el nuevo Cuarto Reich.

 Nº De Serie: NC/TCM/00231. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Sábado, 15 de octubre de 2016.

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