CUANDO EL CINE SE ACABA
Hay en el cine algo vocacional
que, en cierto modo, la empareja con oficios tan dispares como el ejército, en
el sentido de que si uno lleva la profesión en las venas, acaba teniendo una
carrera larga y brillante, llena de premios y reconocimientos, y dejando un
legado de solemnidad a nuevas generaciones. Pero a veces eso no es así, y lo
que debía ser una carrera acaba siendo algo solo temporal, que se abandona
cuando la llama de la pasión se apaga y pasa a ser algo secundario o un
recuerdo lejano. No faltan casos que den ejemplo de esto último como Julie
Condra y Bridget Fonda. Condra, una modelo de la época de las Top Models a lo
Claudia Schiffer y Cindy Crawford, llegó a ser la protagonista de la fallida
Crying Freeman. Los Paraísos Perdidos [Christophe Gans, 1995], para al cabo de
diez años desaparecer discretamente. Fonda, en cambio, sobrina de Jane e hija
de Peter (y nieta de Henry), parecía destinada al largo y merecido éxito
familiar hasta que Danny Elfman, ex miembro de Oingo Boingo y compositor habitual
de Tim Burton, se cruzó en su vida y tras su boda en 2002, se retiró del cine.
Del mismo modo, actores tan imponentes como Dennis Franz y tan entrañables como
Rick Moranis también hicieron un mutis por el forro, dejando series como
Policías de Nueva York [1993] a modo de herencia visual, o películas como Los
Cazafantasmas [Ivan Reitman, 1984] y Los Picapiedra [Brian Levant, 1994].
Cuatro ejemplos, de otros muchos que abundan por ahí, tanto españoles como
hollywoodienses, que dan testimonio de que el cine, como todo en la vida, no
siempre está encaminado hacia un éxito fulgurante en letras de oro, si no que
puede ser un destello más breve, a veces efímero (al punto de hacer una sola
película), de lo que significa ser actor. Y pocos casos como Carrie Henn: fue
la niña Newt de Aliens, el Regreso [James Cameron, 1986]. Y siempre lo será:
porque jamás volvió a actuar.
Nº De Serie: NC/TCM/00206. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 8 de octubre de 2016.
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