LAS NO-REGLAS DEL JUEGO
En El Sexto Sentido [M. Night
Shyamalan, 1999], se dice que los fantasmas no se ven entre si, que ven lo que
quieren ver, actuando y hablando en su mayor parte como si aún estuvieran
vivos. En Odd Thomas: Cazador de Fantasmas [Stephen Sommers, 2013], se dice que
ellos nunca hablan, presentándose a la manera de señalizadores de pistas o para
despedirse. En Ghost (Más Allá del Amor) [Jerry Zucker, 1990], si se concentran
pueden mover objetos físicos o poseer personas. Y en El Último Escalón [David
Koepp, 1999] son capaces de provocar flashbacks y visiones de su propia muerte,
amén de colarse durante los trances de hipnosis. Todo ello conforma lo que se
podría denominar como “las no-reglas del juego”, que es básicamente la manera
de decir que a falta de un consenso sobre películas de espíritus (o de vampiros
y demás fauna de pesadilla), cada película presenta sus propias normas para
buscarle los tres pies al gato, en un intento doble: primero, para no repetirse
con las demás y que las acusen de plagio; y segundo, para proporcionar variedad
y salirse de los archiconocidos clichés, haciendo de lo sui géneris un filón
inagotable. En Entrevista con el Vampiro [Neil Jordan, 1994], los vampiros
duermen en sus ataúdes, pero en Vampiros, de John Carpenter [John Carpenter,
1998] éstos se entierran en el suelo. Y si la mayoría se queman al exponerse al
sol, los de Crepúsculo [Catherine Hardwicke, 2008], no se queman, si no que
brillan cual bola de espejo de discoteca (razonable, si se tiene en cuenta que
por dentro son como cristal o hielo cristalino, algo así). Estos simples
ejemplos no son si no una reinterpretación los mitos más arraigados del ser
humano, buscando renovar su existencia obviando algunas cosas y añadiendo
otras, con el objeto de adaptarlos a cada nueva generación, metiendo sus
propias reglas. O, más concretamente, sus no-reglas. Esas que cambian a cada
película.
Nº De Serie: NC/TCM/00211. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Martes, 11 de octubre de 2016.
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