“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Profesiones Discretas, pero Vistosas

PROFESIONES DISCRETAS, PERO VISTOSAS


 No existe película sin dos elementos que, por ser meramente visuales, pasan o llegan a pasar desapercibidos, al estar supeditados al trabajo de sus actores y actrices: la fotografía y el vestuario. La primera se encarga de que la luz y la situación de cada personaje en una escena cualquiera sea la mejor posible para que resalte en pantalla, además de procurar paisajes que nada aportan a la película pero que la complementan en una sucesión de postales de gran belleza, tanto silvestre como urbana. La segunda se encarga, de manera muy discreta, de enfatizar la personalidad de cada uno de los personajes, de decir sin palabras si él/ella es alguien culto e inteligente o falto de ideas, si va de moderno o prefiere los trajes clásicos, o si es alegre o alguien con exceso de seriedad. Notándose más en las películas de época, desde la Era Victoriana a la Edad Media o la Grecia Clásica, (como en Quo Vadis [Marvin LeRoy, 1951], La Edad de la Inocencia [Martin Scorsese, 1993] y Braveheart [Mel Gbison, 1995], por citar tres) o en los estilismos más vanguardistas y futuristas para dar credibilidad a mundos que aún están por venir (La Fuga de Logan [Michael Anderson, 1976], Blade Runner [Ridley Scott, 1982] y la trilogía Matrix [Larry y Andy Wachowski, 1999 y 2003], por irse al lado opuesto), en cierto modo la fotografía y el vestuario son el mismo oficio: son profesiones discretas, pero vistosas, que hacen de apoyo para que la actuación del reparto logre alcanzar su máximo potencial, y se convierta en un éxito que arrase en las taquillas. Largometrajes de la talla de Desayuno con Diamantes [Blake Edwards, 1961], Operación Dragón [Robert Clouse, 1973] y Wall Street [Oliver Stone, 1987], a pesar de que no lo parece, dejaron tras de si un vestuario que ha sido y aún es el icono de su tiempo, reverenciado y hasta imitado a posteriori. Y no deja de ser curioso que a veces ambas cosas parezcan pasar desapercibidas.

 Nº De Serie: NC/TCM/00226. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 14 de octubre de 2016.

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