G25: SCORSESE, Y SUS BUENOS MALOS CHICOS
Si algo se siente en el cine de
Scorsese, ya incluso desde el principio de su carrera, es esa pasión por los
‘buenos malos chicos’, por esas personas que de buenas a primeras parecen ser
el clásico vecino amable de toda la vida pero bajo el que se esconde un
psicópata o un mafioso con un reguero de muertos a sus espaldas, o que bien su
equilibrio mental pende de un hilo. Y casos hay para dar y tomar: desde un
veterano de Vietnam metido a taxista que decide convertirse en un justiciero
para acabar con la maldad de unas calles con las que ya no puede soportar,
hasta un apostador profesional al que la mafia le pide lleve sus casinos de Las
Vegas, complicándose la vida al casarse con una buscavidas de segunda.
Empresarios visionarios en materia de viajes aéreos comerciales que pierden la
cabeza, brokers de Wall Street que amasan dinero a base de robar al
contribuyente, un federal que viaja hasta un psiquiátrico en una islita porque
un preso se ha fugado o un joven irlandés con ganas de vengarse del hombre que
mató a su padre, Scorsese posee dos virtudes únicas en un director de cine:
empatizar con verdaderos delincuentes y casi hacer de ellos unos seres humanos,
y una estética en su imagen que magnifica cada plano y cada escena, haciéndola
suya para siempre, incluso en algo tan nimio como Henry Hill y su novia Karen
entrando a un restaurante por la puerta de servicio, recorriendo toda la cocina
de parte a parte. Dotado de un amor al cine que se manifiesta en esa joya donde
un chico monta un robot en el que trabajaba su padre y que recrea una de las
imágenes más legendarias del cine mudo, en la azarosa y violenta vida de un
boxeador o en el brutal duelo entre un abogado y un antiguo cliente recién
salido de la cárcel, Martin Scorsese es de esos directores hechos para marcar
terreno y convertirse en un nombre de culto. O en, quizá más exactamente, «un
buen tipo. Uno de los nuestros».
Nº De Serie: NC/TCM/00253. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 21 de octubre de 2016.
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