G25: RABIN, REPARTIENDO ESTOPA
Su carrera tiene el extraño
detalle de un salto en el tiempo de veinte años. Siendo uno de los cuatro
compositores que aparecen en Death of a Snowman [Christopher Rowley, 1976], su
rastro desaparece por completo hasta que, de golpe y porrazo, vuelve a escena
en una de película de Steven Seagal, donde éste es un ex agente secreto
reconvertido a poli que debe dar con el asesino de su ex mujer y su nuevo
marido, y en la película de Nicolas Cage en la que da vida un preso en una
avión lleno de otros presos dispuestos a todo por la ansiada libertad. Y de ahí
en adelante, su trayectoria se vuelve constante en el género de la acción, ya
se trate de ver a Bruce Willis partiendo meteoritos gigantes a base de taladro
(¿una enrevesada alusión sexual de “soy tan chulo que me follo hasta al espacio
exterior”?), de Will Smith acosado y perseguido por la mismísima NSAA, o de
encontrar de nuevo con Cage ahora como ladrón de coches que o roba 50 en una
noche o asesinan a su hermano. Repartiendo estopa a diestro y siniestro, logra
cambiar de registro para narrar la vida de un entrenador negro que llega a un
pueblo para hacerse cargo del equipo de fútbol americano del instituto, la de
dos amigos gruppies en su juventud que
se reencuentran muchos años después, demostrando que no solo de palizas y
explosiones se vive. Llegando a darle música a una película tan absurda como
ver un avión de pasajeros infestado de reptiles con ganas de soltar su veneno
entre todas sus indefensas víctimas, o de otra tan inspiradora como la de un
entrenador de baloncesto que no acepta entrenar a sus chicos a menos que éstos
se devanen los sesos para que aparte de deportistas sean inteligentes, el
talento y la música de Trevor Rabin ha quedado impresa a fuego en todas y cada
uno de esas trabajos, exhibiendo un misterio irresoluble: las películas que
perdieron de tenerle como compositor en esos 20 años desaparecido.
Nº De Serie: NC/TCM/00279. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 28 de octubre de 2016.
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