Vista En: TCM, martes 20 de diciembre de 2016.
Título Original: Hard Eight.
Director: Paul Thomas Anderson.
Guión: Paul Thomas Anderson. Género: Drama.
Música: Jon Brion y Michael Penn. Fotografía: Robert Elswit.
Decorados: David A. Konneff. Vestuario: Mark Bridges.
Productoras: Green Parrot, Rysher Entertainment y Trinity.
Presupuesto: ±3.000.000 $.
País: USA. Año: 1996. Duración: 102 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Philip Baker Hall
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Sidney Brown
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John C. Reilly
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John Finnegan
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Gwyneth Paltrow
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Clementine
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Samuel L. Jackson
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Jimmy
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F. William Parker
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Rehén
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Philip Seymour Hoffman
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Joven jugador de Craps
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Nathanael Cooper
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Encargado de aseos
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Wynn White
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Camarera
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Peter D'Allesandro
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Camarero
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Steve Blane
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Stickman
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Xaleese
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Camarera de cóctel
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Melora Walters
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Chica de Jimmy
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Sydney, un veterano tahúr de Las Vegas,
conoce al más joven e inexperto John, al que decide acoger bajo su ala para
enseñarle los trucos del oficio. Entre ambos se establece una relación cordial
y de respeto la cual se complica con la aparición de Clementine, camarera de
casino que hace horas extras como prostituta, y de la que John se queda
prendado.
Crítica: Ópera prima de Paul Thomas Anderson como
director con una trama, ambientada en la llamada Ciudad del Vicio, retrata el
lado más decadente y amoral de ella, en las antípodas de otras películas como
Casino, de Scorsese [Martin Scorsese, 1995] y donde Philip Baker Hall obtiene
el que fácilmente podría ser el mejor papel de su carrera en la piel de un
hombre metódico y de sangre fría que se las sabe todas (el primer encuentro
entre éste y John, explicándole lo que debe hacer en un casino para conseguir
el dinero que le hace falta para el funeral de su madre: brillante y muy
ingenioso; el retrato de Clementine, una chica encantadora pero que trafica con
su cuerpo para sobrevivir: su desencuentro con Sidney en un motel refleja
perfectamente a ambos personajes; Jimmy, un guarda de seguridad con
incontinencia verbal al que ya en su presentación se nota que no es trigo
limpio: Samuel L. Jackson lo borda desde el minuto uno). Retrato amargo de
buscavidas y perdedores, Sidney es una estupenda película de principio a fin
cuya fotografía sobria y algo deslucida juega adrede para darle cierto aire
sucio y malsano al relato, así como una banda sonora lo bastante precisa para
ser otro elemento más a tener en cuenta (Sidney, abordado por Jimmy, recibiendo
un discurso acerca de la distancia generacional entre matones como ellos dos;
la tensa charla de Sidney y Clementine en una habitación de motel, mediando
entre ella y John para deshacer un entuerto con un cliente de ella: un momento
que empieza mal y que se enrevesa más en sus revelaciones; de nuevo Sidney,
viendo un video VHS: magnífico en su expresividad). Un largometraje de duración
más que adecuada que su interés no decae y que en su hora y tres cuartos
permite crear un film con una parte de intriga y una mínima de acción, en un
cóctel de ideas bien trazado e igualmente ejecutado, ciertamente notable.
La Puntilla: En una ciudad como Las Vegas, cada día es una
apuesta. Y cada apuesta, un juego en el que a lo mejor arriesgas más de la
cuenta.
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