Vista En: Canal Hollywood, Jueves 3 de septiembre de
2015.
Título Original: Star Trek: Nemesis.
Director: Stuart Baird.
Guión: John Logan, basado en una historia de Logan,
Rick Berman y Brent Spiner, basado a su vez en la serie de televisión Star
Trek: La Nueva Generación, creada por Gene Roddenberry y estrenada en 1987. Género: Ciencia Ficción.
Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Jeffrey L. Kimball.
Decorados: John M. Dwyer y Ronald R. Reiss. Vestuario: Bob Ringwood.
Productora: Paramount Pictures. Presupuesto: ±60.000.000 $.
País: USA. Año: 2002. Duración: 116 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Patrick Stewart
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Jean-Luc Picard
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Jonathan Frakes
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William Riker
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Brent Spiner
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Data/B-4
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LeVar Burton
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Geordi LaForge
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Michael Dorn
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Worf
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Gates McFadden
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Beverly Crusher
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Marina Sirtis
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Deanna Troi
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Tom Hardy
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Shinzon
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Ron Perlman
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Virrey
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Dina Meyer
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Comandante Donatra
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Jude Ciccolella
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Comandante Suran
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Alan Dale
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Pretor Hiren
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Picard y la nave Enterprise son enviados
hasta Rómulo por la Federación de Planetas para una negociación de paz que
acabe para siempre con las hostilidades entre ambas especies, pero la negociación
resulta ser una trampa urdida por el pretor de los romulanos, Shinzon, el cual resulta
ser un clon de Picard con ocultas intenciones para con el propio Picard.
Crítica: Stuart Baird, autor de Decisión Crítica
[1996] y U.S. Marshals [1998], realiza la décima película de la franquicia y la
cuarta protagonizada por los intérpretes de la serie Star Trek: La Nueva Generación, notándose unas más que evidentes muestras de cansancio debido a una trama con algún punto de lo más interesante, pero que acaba convertida en presa de los años (la visita a Kolarus III, una copia/remiendo del planetoide
de Pitch Black [David Twohy, 2000]; la fatiga de Patrick Stewart y los demás,
la misma que se percibía en William Shatner y sus colegas en la quinta y sexta
entrega años ha; el cameo de Kate Mulgrew, la capitana de Star Trek: Voyager
[1995], demasiado fugaz y poco aprovechado). Teniendo un buen arranque y a un
villano cuyo origen da algo de juego, la virtud se convierte en defecto debido
a su eterna lasitud, patente en más de una vez, aunque otros instantes están
mejor acabados (la primera aparición de Shinzon, dejando bien clarito que no es
un cualquiera; Data, explicando las diferencias entre B4 y él mismo; Troi y
Ryker, en pleno momento íntimo, interrumpidos de la forma más desagradable).
Bien llevada en sus batallas espaciales, pero adoleciendo de otros momentos más
pesados, Star Trek: Némesis es una película que huele demasiado a tono
crepuscular, y cuya progresión narrativa va precisamente en esa dirección, como
intentando abrir caminos con vistas a explorar otras vías (las largas
disquisiciones entre Picard y Shinzon, que parecen ir a ninguna parte; las
intenciones de Ryker y Troi de abandonar la Enterprise). Curiosa en detalles
como las inclusiones de la intrigante Dina Meyer, de nuevo en el espacio tras
Starship Troopers [Paul Verhoeven, 1997], o de un irreconocible Ron Perlman, la
cinta es un capítulo de dos horas anodino en su fotografía y música, en una
aventura cuyo interés decrece sin parar, quedándose empantanada en las aguas de
la rutina.
La Puntilla: ¿Cómo vencer a tu enemigo, cuando tu enemigo
es un clon de ti mismo que lo sabe todo sobre ti?.
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