Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 11 de
septiembre de 2016.
Título Original: Nine Lives.
Director: Barry Sonnenfeld.
Guión: Gwyn Lurie, Matt Allen, Caleb Wilson, Dan
Antoniazzi y Ben Shiffrin. Género: Comedia.
Música: Evgueni y Sacha Galperine. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub.
Decorados: Maya Jarvis. Vestuario: Marylin Fitoussi.
Productoras: EuropaCorp y Fundamental Films. Presupuesto: ±30.000.000 $.
Países: Francia y China. Año: 2016. Duración: 87 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Kevin Spacey
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Tom Brand
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Jennifer Garner
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Lara Brand
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Robbie Amell
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David Brand
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Cheryl Hines
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Madison Camden
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Mark Consuelos
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Ian Cox
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Malina Weissman
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Rebecca Brand
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Talitha Bateman
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Nicole Camden
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Teddy Sears
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Josh Myers
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Jay Patterson
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Benson
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Jewelle Blackman
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Doctor Cole
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Serge Houde
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Stein
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Christopher Walken
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Felix Perkins
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Tom Brand, ejecutivo de éxito y acostumbrado
a tratar mal a su familia, acaba convertido en el gato que iba a regalarle a su
hija, después de un accidente fortuito. Mientras busca decirles a su mujer
Lara, su hijo mayor David y la pequeña Rebecca lo ocurrido, Ian Cox intenta
controlar la empresa de Brand aprovechando que su cuerpo está comatoso en el
hospital.
Crítica: Deficiente y muy predecible comedieta de
medio pelo al servicio de sus actores principales con la que Barry Sonnenfeld,
después de una pausa de cuatro años tras el fiasco de Hombres de Negro III
[2012], intenta volver a la grandes ligas con una historia que parece un
gigantesco cruce de otros títulos familiares al estilo Disney, mal sostenido
por un Kevin Spacey que se pasa la mayor parte del metraje en una camilla y por
un reparto que intenta parecer graciosete, algo que logra solo “en parte”
(Madison y Nicole: la primera, una insufrible borrachuza, y la segunda la
típica malcriada repelente; Rebecca y David, ella rozando lo borderline en su
fe ciega por su padre, y él aburrido y plano de principio a fin; Ian Cox, un
Mark Consuelos al que solo le falta una etiqueta en la frente que diga ‘trepa
de primera categoría’). Delirante en los efectos especiales usados en los
momentos en que el Sr. Pelusín quiere avisar a los demás de quién es, en que
casi parece la versión gatuna del mismo Neo de Matrix [Larry y Andy Wachowski,
1999], quien se lleva la palma en lo loco de su papel es un Christopher Walken,
mezcla aberrante e imposible entre su ángel Gabriel de Ángeles y Demonios
[Gregory Widen, 1995] con el tendero de Click [Frank Coraci, 2006] y una pizca
extra de El Hombre que Susurraba a los Caballos [Robert Redford, 1998]
(Perkins, presentándose a si mismo como un ‘susurrador de gatos’, de una
idiotez supina; Pelusín, intentando escribir con una pluma estilográfica,
bailando con Rebecca, o su acto final: ¿no había una manera más descuidada y
torpe de hacer gatos digitales?; Jennifer Garner, en un personaje que oscila
entre la ingenua comicidad y una peligrosa tontería). Con un guión que abusa de
lo digital (el asunto de la Torre Firebrand) y a su vez de un relato manido y
edulcorado de redención a lo Cuento de Navidad, Sonnenfeld más que dirigir un
film familiar lo perpetra. Y a mala idea.
La Puntilla: Una versión cutre made in USA de Un Ángel
Pasó por Brooklyn. ¿En serio alguien se creyó que “esto” podría interesar a
alguien?.
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