Vista En: Canal Hollywood, Jueves 6 de agosto de 2015.
Título Original: Star Trek VI: The Undiscovered Country.
Director: Nicholas Meyer.
Guión: Nicholas Meyer y Denny Martin Flinn, basado
en una historia original creada por Leonard Nimoy, Lawrence Konner y Mark
Rosenthal, basado a su vez en la serie de televisión Star Trek: La Conquista
del Espacio, creada por Gene Roddenberry y estrenada en 1966. Género: Ciencia Ficción.
Música: Cliff Eidelman. Fotografía: Hiro Narita.
Decorados: Mickey S. Michaels. Vestuario: Dodie Shepard.
Productora: Paramount Pictures. Presupuesto: ±30.000.000 $.
País: USA. Año: 1991. Duración: 113 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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William Shatner
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James T. Kirk
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Leonard Nimoy
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Spock
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DeForest Kelley
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Dr. Leonard ‘Bones’ McCoy
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James Doohan
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Montgomery Scott
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George Takei
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Hikari Sulu
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Walter Koenig
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Pavel Chekov
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Nichelle Nichols
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Nyota Uhura
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Kim Cattrall
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Teniente Valeris
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Christopher Plummer
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Chang
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Brock Peters
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Almirante Cartwright
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Kurtwood Smith
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Presidente de la Flota Estelar
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Rosanna DeSoto
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Azetbur
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un accidente de una luna de Klingon ha puesto
a toda la raza al borde de la extinción. Intentando negociar un tratado de paz
que ponga fin a décadas de hostilidades, Kirk se ve en mitad de un complot
cuando éste sea acusado del asesinato del Canciller Gorkon, en un intento por
impedir que el tratado sea firmado y por asesinar a Azetbur, su hija y
heredera.
Crítica: Regreso de Meyer a la franquicia espacial en
una entrega que parece la recreación del fin de la Guerra Fría entre la extinta
URSS y USA, en donde aparece un sorprendente Christopher Plummer irreconocible
en su papel de klingon que deja muy claro que por más años que transcurran
desde Sonrisas y Lágrimas [Robert Wise, 1965], su brillantez sigue intacta (el
interrogatorio de Chang a Kirk y Bones, una copia futurista del duelo entre
Adlai Stevenson y Valerian Zorin durante la Crisis de los Misiles Cubanos del
62; la cena entre los klingon y la tripulación del Enterprise, donde se palpan
la tensión de dos razas que parecen incapaces de reconciliar posturas). De
tintes más políticos que aventureros y notándose ya bastante la edad de sus
protagonistas, Meyer ejecuta un guión con bastante soltura, confeccionando una
intriga en la que se percibe como la realidad inserta sus dedos en una ficción,
haciendo unas comparaciones de lo más interesantes (la prisión de Rura Penthe,
una especie de Siberia de los klingon, el lugar más hostil del universo; Kirk,
descubriendo el propósito de la verdadera conspiración y los nombres implicados
en ella; la presencia de la modelo Iman, una multiforme (¿agente doble?) con
más de un secretillo por revelar). Sin disimular sus tintes crepusculares, que
se palpan en pequeños detalles de guión pero que acaban teniendo su importancia
en la película (las reflexiones de Kirk en su diario sobre la muerte de su hijo
David; la Enterprise, recibiendo una orden desde la Tierra; el significado de
“el país desconocido”, nada que ver con un territorio físico), Star Trek VI
parece ser un canto del cisne para una saga estirada en demasía, pero que
mantiene el nivel de vistosidad de las anteriores (una explosión en el espacio;
su mosaico de razas alienígenas), y que deja el regusto amargo de ser el fin de
una era y el inicio de otra distinta. Los tiempos cambian. El siglo XXIII
también.
La Puntilla: Pocas cosas más peligrosas que la paz.
Sobretodo para aquellos que han jurado dedicar toda su vida a la guerra.
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