Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), viernes 5 de julio
de 2013.
Título Original: Star Trek Into Darkness.
Director: J.J. Abrams.
Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman y Damon Lindelof,
basado en la serie de televisión Star Trek: La Conquista del Espacio, creada
por Gene Roddenberry y estrenada en 1966. Género: Ciencia Ficción.
Música: Michael Giacchino. Fotografía: Daniel Mindel.
Decorados: Karen Manthey. Vestuario: Michael Kaplan.
Productoras: Paramount Pictures, Skydance Productions,
Auckland Audio y Bad Robot. Presupuesto: ±190.000.000 $.
País: USA. Año: 2013. Duración: 132 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Chris Pine
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James T. Kirk
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Zachary Quinto
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Spock
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Karl Urban
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Dr. Leonard ‘Bones’ McCoy
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Simon Pegg
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Montgomery Scott
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John Cho
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Hikari Sulu
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Anton Yelchin
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Pavel Chekov
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Zoe Saldana
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Nyota Uhura
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Bruce Greenwood
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Christopher Pike
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Benedict Cumberbatch
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John Harrison/Khan Noonien Singh
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Peter Weller
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Alexander Marcus
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Alice Eve
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Carol Marcus
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Noel Clarke
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Thomas Harewood
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un ataque a la Flota Estelar convoca una
reunión de urgencia del Alto Mando. Intuyendo una trampa, Kirk logra sobrevivir
a un ataque que mata a gran parte del alto mando. En la obsesión por detener al
culpable de lo ocurrido, Kirk y el Enterprise se ven abocados a un conflicto el
cual podría llegar a causar una guerra abierta contra el Imperio Klingon.
Crítica: Secuela de Star Trek [Abrams, 2009] y remake
de Star Trek II: La Ira de Khan [Nicholas Meyer, 1982], con la que Abrams
consigue lo imposible a la hora de rizar el rizo, fusionando ambas para copiar
todo de ellas, creando un largometraje en el que todo funciona mediante
repetición sistemática (Spock perdiendo los papeles o hablando consigo mismo;
Kirk probando que el sexo ya no sabe ni de especies; la cámara tembleque y el
destello lenticular, que nada aporta pero queda la mar de molón). Heredando el
papel de villano de aquel enorme Ricardo Montalbán, Benedict Cumberbatch se
convierte y con diferencia en lo único interesante de su guión, en que las
féminas se dedican a involucionar en la explotación de sus estereotipos y su
progresión narrativa tiene algunos momentos para lucimiento de sus efectos
especiales, pero cuyo dramatismo acaba por ser un enorme déjà vu (Uhura,
parando la misión para discutir de su relación con Spock; Alice Eve, luciendo
un físico impresionante y nada más; el Enterprise, perseguido a velocidad de curvatura
por otra nave mucho más imponente). Amén de tener un extraño inicio y ciertos
agujeros titánicos en cuanto a coherencia, Star Trek: En la Oscuridad acaba por
seguir la estela de su predecesora en la total desvirtuación de iconos de la
ciencia ficción y de una de las sagas más queridas del cine, dejando mucho a
desear (el grito de “¡Khan!”: más que climático, anticlimático; la huida de
Harrison: ¿el tío huye de un planeta a otro así por las buenas?, ¿entonces
quien narices iba a necesitar de naves espaciales?; Peter Weller, dando fe de
lo lejísimos que está su época desde Robocop [Paul Verhoeven, 1987]). Rodando
alguna secuencia trepidante como el salto espacial (algo ya visto, aunque en
menor grado, en su primera parte), pero falto total de sustancia, la película
es una carcasa vacía, un defectuoso actioner futurista sin garra ni brillantez.
La Puntilla: La genialidad hecha cine: hacer una secuela
calcando punto por punto lo que hubo en la primera, sin añadir nada más. ¡Con
dos cojones!.
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