Publicado El: Jueves, 26-Nov-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000277.
Vista En: Cines Marta & María (Avilés), jueves 3 de
diciembre de 1998.
Título Original: Snake Eyes.
Director: Brian De Palma.
Guión: Brian De Palma y David Koepp, basado en una
historia original de éste último. Género: Intriga.
Música: Ryuichi Sakamoto. Fotografía: Stephen H. Burum.
Decorados: Daniel Carpentier. Vestuario: Odette Gadoury.
Productoras: DeBart, Paramount Pictures, Touchstone Pictures y Mel’s Cite du Cinema. Presupuesto: ±69.000.000 $.
Productoras: DeBart, Paramount Pictures, Touchstone Pictures y Mel’s Cite du Cinema. Presupuesto: ±69.000.000 $.
Países: USA y Canadá. Año: 1998. Duración: 98 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Nicolas Cage
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Rick Santoro
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Gary Sinise
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Capitán Kevin Dunne
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John Heard
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Gilbert Powell
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Carla Gugino
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Julia Costello
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Stan Shaw
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Lincoln Tyler
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Kevin Dunn
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Lou Logan
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Michael Rispoli
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Jimmy George
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Joel Fabiani
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Charles Kirkland
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Luis Guzmán
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Cyrus
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David Anthony Higgins
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Ned Campbell
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Mike Starr
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Walt McGahn
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Tamara Tunie
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Anthea
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Rick Santoro, un policía de Atlantic City,
presencia el asesinato del Secretario de Defensa justo a su lado durante un
combate de boxeo. Con un huracán azotando la ciudad, Santoro aísla todo el
estadio para encontrar a los responsables. Su investigación del caso da un giro
cuando, al dar con una testigo clave, ésta señala como responsable a la persona
menos esperada.
Crítica: Un exultante y salido de madre Nicolas Cage protagoniza
otro de los ejercicios de estilo con el sello autóctono del director de Carrie
[1976] o Los Intocables de Elliot Ness [1987], envuelto en una trama que
destila confusión y perturbación por todas partes, gracias a una ágil cámara
que juega con muy mala idea con el espectador (los diversos flashbacks, que van
redibujando lo sucedido una y otra vez; Santoro, mirando un billete de 100: la
expresión de su cara refleja de forma magistral la doble encrucijada, tanto la
moral como el devenir de la propia película). Un laberinto de intrigas que
tiene a su favor la partitura de Ryuichi Sakamoto, que sabe sacar lo mejor de
casa escena, y a un puñado de secundarios que se las componen para aportar su
talento a una intrincada red con más de un punto escabroso (Tyler, narrando el
combate de boxeo a Santoro; Carla Gugino, una belleza con más de un secreto; la
escena en que Santoro le dice a Dunne «la lealtad es mi único vicio»:
posiblemente el instante más cínico y divertido de toda la película). Retorcida
y de lo más entretenida, el guión escrito a dos manos por De Palma y Koepp
entremezcla de todo sin vergüenza alguna, desde conspiraciones y mentiras
pasando por la propia meteorología hasta inesperadas redenciones, haciendo que
el film dé más vueltas que una peonza (la pantalla dividida, explicando dos
acciones que van en paralelo; el huracán, tomando parte de los acontecimientos
en el momento más inesperado; el doble final, en el que, nunca mejor dicho,
todo el tinglado se desmonta). Alumno aventajado de Alfred Hitchcock, De Palma
dirige un largometraje de duración exacta y sin altibajos narrativos, con una
progresión adecuada que, sin demasiados apuros, lleva el lío a una catarsis en
donde todo éste confluye a la vez como succionado por un agujero negro. Una cinta
de intriga quizá un pelín confusa, pero realmente atractiva.
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