Vista En: Canal Hollywood, domingo 6 de enero de 2002.
Título Original: Shocker.
Director: Wes Craven.
Guión: Wes Craven. Género: Terror.
Música: William Goldstein. Fotografía: Jacques Haitkin.
Decorados: Naomi Shohan. Vestuario: Isis Mussenden.
Productoras: Alive Films, Universal City Studios y Carolco
International N.V.
Presupuesto: ±5.000.000 $.
País: USA. Año: 1989- Duración: 109 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Peter Berg
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Jonathan Parker
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Cami Cooper
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Alison Clemens
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Michael Murphy
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Teniente Don Parker
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Mitch Pileggi
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Horace Pinker
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Sam Scarber
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Sidney Cooper
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Richard Brooks
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Rhino
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Ted Raimi
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Roy ‘Pac-Man’ Stewart
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Emily Samuel
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Sally
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Virginia Morris
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Diane
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Vincent Guastaferro
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Pastori
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Janne K. Peters
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Doctora
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Heather Langenkamp
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Víctima
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jonathan Parker es un joven que presencia la
ejecución de un famoso asesino llamado Horace Pinker. Sin embargo, Parker
descubre para su horror que Pinker ha alcanzado la inmortalidad con un ritual
satánico que le permite manipular la electricidad para cambiar de cuerpo,
usándolos para ir de un lado a otro acosando a Jonathan por provocar su detención.
Crítica: Artífice de la perturbadora La Última Casa a
la Izquierda [1972] y Pesadilla en Elm Street [1984], Wes Craven da rienda
suelta a otra pesadilla criminal en lo que es una curiosa variante de su Freddy
Krueger, cambiando sueños por electricidad y con un Mitch Pileggi como un
antagonista principal al que no le falta ensañamiento como momentos algo
divertidos (Jonathan en un parque público, perseguido por un Horace Pinker que
salta de un cuerpo a otro con pasmosa facilidad; el momento del ritual, que abre
unas vías que no llega a desarrollar del todo pero que prometían ser de lo más
fascinantes; la ejecución de Pinker en la cárcel, donde un cierto secreto
familiar sale a la luz pública). Pequeña en intenciones y medios como en su
desarrollo, detalles atractivos como Cami Cooper y actores más veteranos como
Michael Murphy aportan su granito de arena para un proyecto con aires de serie
B pero al que su falta de pudor y su rebosante sentido cómico confieren un
cierto encanto para hacer de ella y su hora y tres cuartos de duración un
entretenimiento de lo más lúdico (Jonathan y Pinker, persiguiéndose a lo largo
de toda la franja de canales de TV: un epic moment imposible e asombroso en el
que Berg y Pileggi deambulan por programas de TV, películas e incluso documentales;
la visita de Alison a un asombrado y asustado Parker, con un matiz de color muy
azulado y acuático; Parker, teniendo que enfrentarse a su padre, poseído por
Pinker, en una elevada antena de TV, algo que culmina de dos formas de lo más
dispares). Shocker, 100.000 Voltios de Terror, no es si no otra película de
asesinos sobrenaturales en el estilo de Krueger o el Pinhead de Hellraiser, los
que Traen el Infierno [Clive Barker, 1987], en una alegoría sobre el mal de la
electricidad que impregna el mundo civilizado. Una cinta hecha para pasarse un
buen rato entre persecuciones varias y sustos de lo más electrizantes.
La Puntilla: Primero Freddy y los sueños, luego Pinker y
la electricidad. ¿Qué será lo próximo, un demonio de la gripe que salte de moco
en moco?.
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