Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 1 de
octubre de 2016.
Título Original: Sing Street.
Director: John Carney.
Guión: John Carney. Género: Drama.
Música: [No hay compositor]. Fotografía: Yaron Orbach.
Decorados: Tamara Conboy. Vestuario: Tiziana Convirsieri.
Productoras: Cosmo Films, Distressed Films, Likely Story,
PalmStar Media, FilmNation Entertainment y FilmWave. Presupuesto: [Desconocido].
Países: Irlanda, Reino Unido y USA. Año: 2016. Duración: 106 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Ferdia Walsh-Peelo
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Conor
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Lucy Boynton
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Raphina
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Mark McKenna
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Eamon
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Ben Carolan
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Darren
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Ian Kenny
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Barry
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Percy Chamburuka
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Ngig
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Conor Hamilton
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Larry
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Karl Rice
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Garry
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Kelly Thornton
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Ann
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Jack Reynor
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Brendan
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Aidan Gillen
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Robert
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Maria Doyle Kennedy
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Penny
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el Dublín de 1985, Conor es un adolescente
al que sus padres cambian de colegio debido a las deudas. Esto le lleva a conocer
a Raphina, de la que se enamora y ante la que finge tener un grupo de música en
un intento de impresionarla. Él y Darren deciden crear el propio grupo,
llamándola a ella para grabar videoclips, descubriendo en ello su pasión por la
música.
Crítica: Tres años después de su Begin Again [2013],
John Carney vuelve para mezclar historia personal y música mediante una afinada
recreación de lo que era el Reino Unido a mediados de los 80, y con unos
personajes entrañables que derrochan un encanto y una energía contagiosas,
situado con mucho ojo en una época de perspectivas poco halagüeñas (la
situación de los padres de Conor, destruyéndose a pasos agigantados; Brendan,
el hermano mayor, todo un experto en música al que le domina la frustración por
unos sueños por los que nunca luchó; Lucy Boynton, la chica de la peli pero con
mayúsculas, de una belleza equiparable a su fragilidad). Ácida y desagradable
en algunos de sus pasajes, el resto de su metraje se deja dominar por una
simpatía la cual se antoja irresistible, que toma el pulso al instante en donde
surge al mundo la industria de los videoclips, usándolo de estupendo recurso
tal como Carney tiraba de actuaciones callejeras en su película previa (los mil
y un estilismos que Conor y el resto del grupo se prueban esperando encontrar
el definitivo, copiando a otras bandas de la época; el hermano Baxter, el
director-cura del colegio, tan estricto como intolerante: si lo de los zapatos
apunta maneras, lo del maquillaje es de traca; Conor, Darren y los demás,
grabando su primer video en un callejón, en un plan 100% amateur). Desatando la
imaginación en el momento menos esperado y también jugando sus cartas con
habilidad a la hora de narrar a los personajes, Sing Street, pese a estar
protagonizada por niños, está lejos de ser película infantil, si no un trabajo
sobre el despertar a la adolescencia, a los primeros amores y a la vida en si
(Conor, imaginándose como sería un videoclip perfecto; el primer encuentro
entre Conor y Raphina, donde su química está a flor de piel; su final, mejor
imposible). Un film que homenajea a una época irrepetible para la música. Y lo
hace a lo grande.
La Puntilla: “Mi familia se deshace. El director me odia.
Mis compañeros me pegan. Pero ella existe, y solo deseo que me quiera como la
quiero yo”.
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