Vista En: Youtube, viernes 8 de diciembre de 2017.
Título Original: Ryan Vs. Dorkman.
Directores: Ryan Wieber y Michael Scott.
Guión: Ryan Wieber y Michael Scott. Género: Acción.
Música: Trevor Jones. Fotografía: Ryan Wieber y Michael Scott.
Decorados: [No hay decorador]. Vestuario: [No hay diseñador].
Productoras: Blindling Light Productions y Ryan W Films.
Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2003. Duración: 5 minutos. Color.
Reparto:
|
Personajes:
|
Ryan Wieber
|
Ryan
|
Michael Scott
|
Dorkman
|
(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Dos artistas de efectos especiales discuten
sobre cual de los dos es mejor usando un sable de luz como el que se ven en las
películas de Star Wars. Llevando su amistosa rivalidad a lo práctico, los dos
deciden zanjar sus diferencias con una pelea real usando verdaderos sables de
luz. Pero ni uno ni otro van a permitir que su rival le gane el combate tan
fácilmente.
Crítica: Los adolescentes Ryan Wieber y Michael Scott,
amigos y amantes de la saga empezada con La Guerra de las Galaxias
{posteriormente rebautizada como Star Wars, Episodio IV: Una Nueva Esperanza
[George Lucas, 1977]}, se permiten rendirle su particular homenaje mediante un
cortometraje que pasa de diálogos e historias que distraigan la atención para lanzarse
a dárselas de Jedi mediante uno de esos combates que no solo es la estrella
absoluta de sus apenas cinco minutos de duración, si no que resulta emocionante
y hasta en cierto punto envidiable (su planteamiento, más simple que un ajo:
¿hay algo más imitado a escala mundial que un combate de Jedis como en
películas con la gente imitando el zumbido de los sables de luz que hacen al
moverse?; la coreografía, perfecta hasta en el último de sus movimientos y con
un ritmo trepidante que deja a toda la trilogía original en nivel
“principiante”: se nota mucho la influencia de Star Wars, Episodio II: El
Ataque de los Clones [Lucas, 2002]; el estilo de lucha
de Scott “mano a la espalda”, como si le molestase para maniobrar con su sable:
curioso cuanto menos). Filmado dentro de una nave industrial de Menlo Park,
California, y echándose a faltar dos elementos que ya hubiesen sido el no va más,
Ryan Vs. Dorkman no posee más encanto que el de dos amigos jugando a los
combates Jedi, pero precisamente eso es lo que le da toda la grandeza, amén de
su banda sonora que es un fragmento de la banda sonora de Dark City [Alex
Proyas, 1998] (vestuario y entorno: de estar vestidos de Jedis y en un edificio
antiguo habrían rematado por todo lo alto; Scott, hiriendo a Wieber en una
pierna, recordando que los sables hacen algo más que amputar manos; el final,
una nota de humor que sirve para dar un broche de oro). Una película casera
rodada sin más medios que mucho de pasión y otro tanto de diversión. Y la pelea
es completamente adictiva.
La Puntilla: Dos chavales, un poco de ordenador, y una
pelea mejor que la de Anakin Skywalker y Dooku. Es para pensárselo
detenidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario