Vista En: 13 TV, martes 11 de julio de 2017.
Título Original: Beneath the Planet of the Apes.
Director: Ted Post.
Guión: Paul Dehn, basado en una historia original de
Paul Dehn y Mort Abrahams, inspirado en la novela El Planeta de los Simios, de
Pierre Boulle, publicada en 1963. Género: Ciencia Ficción.
Música: Leonard Rosenman. Fotografía: Milton Krasner.
Decorados: Walter M. Scott y Sven Wickman. Vestuario: Morton Haack.
Productoras: APJAC Productions y Twentieth Century Fox
Film Corporation.
Presupuesto: ±4.675.000 $.
País: USA. Año: 1970. Duración: 95 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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James Franciscus
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Brent
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Kim Hunter
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Zira
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David Watson
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Aurelio
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Maurice Evans
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Dr. Zaius
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James Gregory
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Ursus
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Linda Harrison
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Nova
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Paul Richards
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Mendez
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Victor Buono
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Gordo
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Jeff Corey
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Caspay
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Natalie Trundy
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Albina
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Thomas Gomez
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Ministro
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Don Pedro Colley
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Ongaro
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Siguiendo la misma ruta que la expedición
original, un cohete se estrella en un planeta del futuro, sobreviviendo solo
uno de los tripulantes, Brent. Buscando a su predecesor Taylor, Brent no solo
descubre la raza de los simios, si no el imparable militarismo de los gorilas
en su afán por conquistar la Zona Prohibida y matar a quienes allí se
encuentran escondidos.
Crítica: Secuela de El Planeta de los Simios [Franklin
J. Schaffner, 1968], en la que el protagonismo previo de Charlton Heston es más
o menos cedido y/o compartido con un estupendo y efectivo James Franciscus, en
una película a la que le pesa y mucho la sombra original y de la que se aparta
notablemente sin perder los toques de cinismo y fanatismo de su predecesora (el
discurso de Ursus, un jefe del ejército tan tendencioso y extremista en sus
paranoias que solo le falta una svástica en el brazo; la reacción de Brent al
escuchar de cierto personaje “Arma sagrada de paz”, refiriéndose a algo que de
sagrado y pacífico tiene muy poco; Brent, consiguiendo su objetivo de dar con
Taylor, sol0o para vérselas contra él por una situación de lo más forzada: un
instante de lo peliagudamente puntiagudo). Reduciéndose la calidad de su
acabado de forma más que notable aunque sin ser una ruina definitiva, el
realizador de La Leyenda de Tom Dooley [1959] y Cometieron dos Errores [1968]
factura un proyecto modesto y poco ambicioso, pero que mantiene su coherencia
casi al 100% (el año de los hechos, cambiado de 3978 a 3955 sin explicación
alguna; el retrato de los gorilas y de la sociedad escondida, los primeros
beligerantes y sanguinarios y lo segundo repugnante al revelarse lo más íntimo
de ellos; la forma en la que Brent descubre donde está realmente, no tan
espectacular como el final del film de Schaffner pero cumple su propósito con
holgura). Al cambio notable de banda sonora y de fotografía, que no juega del
todo a su favor, se une un diseño de producción que deja algunas secuencias que
saben sorprender, pero que otras se descuelgan más endebles (Zaius, eclipsado
por Ursus una y otra vez: a lo de la destrucción iconoclasta no le faltan
lecturas oscuras; la desaparición de Taylor), y que llevan a su guión a un
anticlímax que nada muestra pero que fácilmente se intuye. Correcta, pero no
más.
La Puntilla: ¿Una raza que no mata pero que hace que otros
se maten entre si?. ¿Y dicen ser “pacíficos”?. Vaya pandilla de hipócritas.
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