Vista En: Cines Marta & María (Avilés), lunes 11 de
septiembre de 2000.
Título Original: Romeo Must Die.
Director: Andrzej Bartkowiak.
Guión: Eric Bernt y John Jarrell, basado en una
historia original de Mitchell Kapner. Género: Acción.
Música: Stanley Clarke. Fotografía: Glen MacPherson.
Decorados: Rose Marie McSherry. Vestuario: Sandra J. Blackie.
Productoras: Warner Bros., Wonder Works Studios
Entertainment Group y Silver Pictures. Presupuesto: ±25.000.000 $.
País: USA. Año: 2000. Duración: 115 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jet Li
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Han Sing
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Aaliyah
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Trish O’Day
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Isaiah Washington
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Mac
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Russell Wong
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Kai
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Delroy Lindo
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Isaak O’Day
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DB Woodside
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Colin
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Henry O
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Ch’u Sing
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Jon Kit Lee
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Po Sing
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Edoardo Ballerini
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Vincent Roth
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Anthony Anderson
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Maurice
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Earl Simmons ‘DMX’
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Silk
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Terry Chen
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Kung
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Han Sing, el hijo de un importante jefe
criminal de Oakland, se fuga de la cárcel china en la que se encuentra al
conocer que su hermano ha sido asesinado. Viajando hasta la ciudad se encuentra
con Trish O’Day, hija de Isaak, otro jefe mafioso que tiene tratos con su
padre, y con la que inicia su propia investigación cuando el hermano de esta es
asesinado.
Crítica: Prototípica película de acción que funciona
base de una premisa tan archiconocida acaba aburriendo al más pintado, pero que
sirve a su propósito de entrar en materia con la mayor brevedad posible, todo
ello aderezado con la nula capacidad de su director para hacer de su debut en
la dirección algo novedoso, contando con algunas caras conocidas que ponen su
mejor ídem de circunstancias (la fuga de Sing de la cárcel, espectacular como
demandan las increíbles cualidades
físicas de un Jet Li en plena forma; la cantante Aaliyah, saltando de los
videoclips a la gran pantalla buscando demostrar que también sabe actuar: ni
siquiera poniéndose melancólica hablando sobre una travesura infantil la chica
logra demostrar su talento actoral; Anthony Anderson, al que por fuerza le toca
el papel de tonto del grupo: lo del partido en un parque o sus idas y venidas
con Sing son un puro cachondeo). Sirviendo en bandeja de plata una serie de
canciones pseudomodernillas y unas peleas aderezadas con unos asombrosos
efectos especiales, Romeo Debe Morir es una película 100% vacía de contenido,
pretenciosa y ambiciosa pero que hace aguas de principio a fin en un guión al
que los topicazos la sumergen en el fondo del mar de la necedad cinematográfica
(Delroy Lindo, un Michael Corleone pero en versión afroamericana del siglo XXI:
¿cómo es posible pasar de Las Normas de la Casa de la Sidra [Lasse Hallström,
1999] a “esto” tan drásticamente?; la resolución del asesinato, unos giros de
tuerca tan confusos y enrevesados que destruyen la tramas sin remisión; las
peleas, pasando a rayos X para mostrar los daños físicos en cuerpo y huesos:
innecesario y también visualmente doloroso). Una mezcla impepinable entre
acción adrenalítica y con comedia facilona (Sing, usando a Trish para pelear
con una chica), y con un climax digno del más loco Street Fighter. Y de Isaiah
Washington, mejor correr un tupido velo.
La Puntilla: Más claro el agua: solo vale la pena por las
peleas. Lo demás es morralla que no vale ni para irse a tomar vientos.
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