Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 13 de agosto
de 2017.
Título Original: King Arthur: Legend of the Sword.
Director: Guy Ritchie.
Guión: Joby Harold, Guy Ritchie y Lionel Wigram,
basado en una historia original de David Dobkin y Joby Harold. Género: Acción.
Música: Daniel Pemberton. Fotografía: John Mathieson.
Decorados: Tina Jones. Vestuario: Annie Symons.
Productoras: Warner Bros., Village Roadshow Pictures, Weed
Road Pictures, Safehouse Pictures y Wigram Productions. Presupuesto: ±175.000.000 $.
País: USA. Año: 2017. Duración: 126 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Charlie Hunnam
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Arturo
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Astrid Bergès-Frisbey
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La Maga
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Jude Law
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Rey Vortigern
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Djimon Hounsou
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Bedivere
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Eric Bana
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Uther
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Aidan Gillen
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Bill el Escurridizo
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Freddie Fox
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Rubio
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Craig McGinlay
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Perceval
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Tom Wu
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Jorge
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Kingsley Ben-Adir
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Wet Stick
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Neil Maskell
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Back Lack
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Annabelle Wallis
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Maggie
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Vortigern, el hermano del rey Uther, asesina
a éste y a su mujer para ocupar el trono. Su hijo Arturo logra huir y crece en
las calles hasta que ya adulto, capturado por soldados, es enviado a ver si
puede sacar la espada Excálibur de la piedra como el resto de presos. Al
extraerla, es rescatado por una maga y varios caballeros de Uther para que
lidere la rebelión.
Crítica: El que otrora fuese artífice de Snatch:
Cerdos y Diamantes [2000] y Sherlock Holmes [2009], se reencuentra con el
Watson de dicho film para dar cabida a un delirio esquizoide e infumable
producto de un mal viaje de LSD al que su estética de pura imitación a Juego de
Tronos [2011] apesta de formas visualmente dolorosas (Arturo, ayudado por una
serpiente cuyas proporciones son ridículas hasta lo indecible; los recursos
habituales de Ritchie, desde los montajes paralelos a la cámara lenta y rápida
en las batallas, auténtico caos elevado a la enésima potencia; Jude Law,
sobreactuado y más plano que un folio en interpretación: de hecatombe en
adelante). Con la solidez narrativa de un guión escrito en un envoltorio de
chicle y unos efectos especiales que ruborizan por su vergüenza ajena, Rey
Arturo: La Leyenda de Excálibur es una relectura del mito artúrico hundida en
su propia inmundicia a causa de unas flatulencias dignas de Jabba el Hutt,
acumulando tropelías sin parar (Tom Wu y Djimon Hounsou, cubriendo la cuota
étnica para ser lo más políticamente correctos aún a costa de ser: ¿un chino
entrenador de guerreros en el Londres medieval?; el inicio, un asalto a Camelot
con unos elefantes que parecen los primos bastardos de los olifantes de El
Señor de los Anillos: Las Dos Torres [Peter Jackson, 2002], signo inequívoco de
por donde irán los tiros; la banda sonora, siempre atronando como si eso
pudiera darle una grandilocuencia que en realidad nunca alcanza). Nefasto en un
Charlie Hunnam sin carisma y que hace de Arturo una pesadilla interpretativa,
el film convierte una aventura de épica y caballería en una esperpéntica
odisea, con actuaciones de cochambre pura (Bergès-Frisbey, una maga con pintas
de supermodelo de cara estilizada al estilo de “muelas fuera”, sosa al extremo;
el viaje de Arturo por las Tierras Oscuras: infame). Y el cameo de David
Beckham, otro clavo en su ataúd.
La Puntilla: Hollywood debería tomar cartas en el asunto.
No es razonable el crear ponzoñas como estas sin algún tipo de penalización.
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