Vista En: TCM, lunes 22 de junio de 2015.
Título Original: Rain Man.
Director: Barry Levinson.
Guión: Ronald Bass y Barry Morrow, basado en una
historia original de Barry Morrow. Género: Drama.
Música: Hans Zimmer. Fotografía: John Seale.
Decorados: Linda DeScenna. Vestuario: Bernie Pollack.
Productoras: United Artists, The Guber-Peters Company,
Star Partners II Ltd. y Mirage Enterprises. Presupuesto: ±25.000.000 $.
País: USA. Año: 1988. Duración: 133 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Dustin Hoffman
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Raymond Babbitt
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Tom Cruise
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Charlie Babbitt
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Valeria Golino
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Susanna
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Jerry Molen
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Dr. Bruner
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Jack Murdock
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John Mooney
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Michael D. Roberts
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Vern
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Ralph Seymour
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Lenny
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Lucinda Jenney
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Iris
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Bonnie Hunt
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Sally Dibbs
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Kim Robillard
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Doctor de pueblo
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Loretta Wendt Jolivette
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Secretaria del Dr. Bruner
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Donna J. Dickson
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Enfermera
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Charlie Babbitt es un empresario dedicado a
la venta de coches que tras enterarse de la muerte de su padre, descubre que el
dinero de su padre ha ido a parar a una institución mental. Allí se entera para
su asombro que tiene un hermano mayor, Raymond, un autista al que se lleva del
hospital y con el que viaja buscando el dinero que necesita para cubrir sus
deudas.
Crítica: El firmante de la juvenil El Secreto de la
Pirámide [1985] así como de la bélica y cómica Good Morning, Vietnam [1987] al
servicio de un chiflado Robin Williams, Levinson se marca un gol por toda la
escuadra por la unión de dos talentos en bruto llamados Tom Cruise y Dustin
Hoffman, metidos en una road movie en un viaje de mutuo descubrimiento en el
que la preciosa banda sonora de Hans Zimmer como la fotografía de John Seale
son un complemento más que ideal, a la altura a su vez de un vestuario que es
de punta en blanco (Charlie y Raymond, bajando unas escaleras mecánicas
vestidos los dos igual, pero cuya pose ya marca una enorme distancia entre
ambos; ambos, en una cafetería de pueblo, teniendo un encontronazo relacionado
con unos palillos: la cara de Charlie al escuchar a la camarera, justo después
de que Raymond hablase, es todo un poema; la visita al hospital, donde Charlie
se entera de lo que Raymond ha heredado sin entender lo que es, motivando que
Charlie se lo lleve: ¿solo mero interés o amor de hermano?). Apenas destacable
en sus secundarios como la guapísima Valeria Golino, el resto es un mar de
caras el cual va y viene sin demasiado peso en su trama, dejando el peso del
film no solo a un estupendo Tom Cruise si no a un Dustin Hoffman que se lo come
con patatas al pilpil (Raymond, un ser muy limitado emocionalmente pero con un
prodigio por cerebro para otras cosas: lo del aeropuerto es una escena cruda y
maravillosa por igual; la visita de los dos a un doctor de pueblo, en el que se
descubre cuales son las capacidades de Raymond: solo algo tan ingenioso y
simple como “100 dólares” convierte asombro en risotada; Charlie y Susanna, con
el primero hablando sobre ‘el hombre de la lluvia’ a la segunda). A falta de
una palabra mejor, Rain Man es un tour-de-force emotivo y visualmente
estupendo, arrebatador e inolvidable como el mismo Raymond Babbitt.
La Puntilla: Que extraño es el cerebro humano, que se
potencia tanto para algunas cosas pero que se limita tanto en otras.
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