Vista En: Cines Marta & María (Avilés), jueves 3 de
marzo de 2004.
Título Original: Ray.
Director: Taylor Hackford.
Guión: James L. White., basado en una historia
original de Taylor Hackford y James L.
White. Género: Drama.
Música: Craig Armstrong. Fotografía: Pawel Edelman.
Decorados: Maria Nay. Vestuario: Sharen Davis.
Productoras: Universal Pictures, Anvil Films, Baldwin
Entertainment Group y Bristol Bay Productions. Presupuesto: ±40.000.000 $.
País: USA. Año: 2004. Duración: 152 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jamie Foxx
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Ray Charles
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Kerry Washington
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Della Bea Robinson
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Regina King
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Margie Hendricks
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Clifton Powell
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Jeff Brown
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Harry Lennix
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Joe Adams
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Bokeem Woodbine
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Fathead Newman
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Aunjanue Ellis
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Mary Ann Fisher
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Curtis Armstrong
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Ahmet Ertegun
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Richard Schiff
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Jerry Wexler
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Larenz Tate
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Quincy Jones
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Terrence Howard
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Gossie McGee
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David Krumholtz
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Milt Shaw
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: A los siete años, Charles Robinson pierde la
vista debido a una enfermedad. Su determinación por adaptarse y su pasión por
la música hacen que se convierta en una de las figuras más emblemáticas y
controvertidas de su época por usar música religiosa para cantar, en tanto su
vida familiar y sus adicciones irán a la par que su leyenda como cantante: Ray
Charles.
Crítica: El otrora realizador de la emblemática
Oficial y Caballero [1982] y Pactar con el Diablo [1997] entre otras recrea en
toda su extensión los éxitos y las penurias de uno de los cantantes más famosos
e influyentes del siglo XX gracias a su mezcla de soul y gospel, autor de
clásicos como “Georgia on my Mind”, encarnado o más bien mimetizado por un
Jamie Foxx en un recetario de interpretación que recuerda al mejor Denzel
Washington, siendo reclamo principal de una propuesta donde no faltan
secundarios de lo más notorios en lo excelso de su trabajo (Ray, diciendo
«detrás de un mentiroso siempre hay un ladrón»: una frase digna de ser
enmarcada y tenida en cuenta en la vida cotidiana; Ray, a punto de tocar en un
concierto, escuchando una palabreja despectiva que sin ir dirigida hacia él lo
cambia todo; la reacción de su mujer al ver como Ray toca en casa su música,
temerosa de que los vecinos vayan contra él por cantar gospel fuera de la
iglesia). Jugando con acierto sus bazas para la comedia como para el drama, la
banda sonora de Craig Armstrong y el impecable vestuario son dos complementos
importantes para una propuesta ejecutada con una fuerte vena de tragedia como
de racismo, reflejando una época en la que la convivencia para los negros era
limitada a todos los niveles (Ray, subiendo a un autobús segregado entre
blancos y negros; la forma de Ray de saber como una chica es o no atractiva; su
ascenso a lo más alto y sus años dorados, marcados por las adicciones y los
amoríos extramaritales). Sin santificarle ni demonizarle, Ray es un ejemplo de
biopic que va paso a paso narrando de forma testimonial a un hombre que, sin
poder ver, fue los ojos y los ojos de un tiempo convulso y amargo como el
vinagre (su infancia y como pierde la vista, descorazonador), en una cinta
cuyos créditos finales están a la altura de todo lo demás. Un hombre singular.
Una película maravillosa.
La Puntilla: Cuanto más brillas, más expuesto estás ante
la negrura de tus demonios internos. Ese es el precio de la fama.
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