“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Nightflyers, la Nave Viviente [1987]

 Publicado El: Lunes, 2-Ene-2017. Nº De Serie: C25/TCM/0001376.
 Vista En: Antena 3, sábado 21 de marzo de 1998.
 Título Original: Nightflyers.
 Director: Robert Collector, quien firma como T.C. Blake.
 Guión: Robert Jaffe, basado en la novela homónima de George R.R. Martin, publicada en 1980. Género: Ciencia Ficción.
 Música: Doug Timm. Fotografía: Shelly Johnson.
 Decorados: Anne Huntley-Ahrens. Vestuario: Brad R. Loman.
 Productora: Vista Organization. Presupuesto: [Desconocido].
 País: USA. Año: 1987. Duración: 89 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Catherine Mary Stewart
Miranda Dorlac
Michael Praed
Royd Eris
John Standing
Michael D’Brannin
Lisa Blount
Audrey
Glenn Withrow
Keelor
James Avery
Darryl
Hélène Udy
Lilly
Annabel Brooks
Eliza
Michael Des Barres
Jon Winderman

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: En un futuro lejano, un grupo de astronautas se embarcan en la nave Nightflyers para dar con una mítica raza extraterrestre llamada Volcryn, mucho más antigua que la raza humana. Pero el viaje se complica cuando el capitán de la nave se enamora de una de las pasajeras, provocando los celos de la computadora de la nave, que es una réplica de su propia madre.

 Crítica: Segunda película para Collector después de Rojo Caliente [1985], en lo que se antoja como una bizarrísima y estrafalaria propuesta que bebe sin pudor ni vergüenza de otros títulos como Blade Runner [Ridley Scott, 1982] y algunos capítulos de la serie Cuentos Asombrosos [1985], a la que la falta de una dirección más firme y su ferviente estética videoclipera/ochentera no le hace un favor precisamente (los trajes y vestidos de sus personajes, de una horterada a veces difícil de soportar; el personaje de Winderman, un Michael Des Barres que aparca a su villano Murdoc de MacGyver [1985] para meterse en la piel de un telépata con pintas de estrella de la MTV; parte del decorado así como su inicio, mezcla imposible entre la película de Scott y Dune [David Lynch, 1984] que reflejan un futuro matemáticamente imposible de alcanzar al punto en donde éste es situado). Contando con la voz en off de Miranda, la cual solo es un eco lejano de la que hacía Harrison Ford, y una premisa falsa que se desvanece a ojos vista, Nightflyers, la Nave Viviente es una revisión en pobre (muy pobre) de 2001: Una Odisea del Espacio [Stanley Kubrick, 1968], con historias truculentas y un desarrollo de lo más deficiente (la búsqueda de los Volcryn, cuyos leves trazos sugieren mucho pero nada aportan; Royd y la explicación sobre su origen, demencial hasta la saciedad; el ordenador, una prima muy remota de HAL-9000 con un problema morrocotudo de celos). Una película inusual, extraña, que aún teniendo algún que otro elemento que se descuelga como interesante (el debate sobre misiones espaciales con naves automatizadas o tripulación humana; los propios Volcryn y sus capacidades), termina sumida por sus propios defectos en el limbo de la mediocridad como el acabado de sus efectos especiales y su pátina de un primer episodio de una serie nunca desarrollada. Para amantes de las rarezas de bajo presupuesto.

 La Puntilla: ¿Volcryn?, ¿extraterrestres?. ¡Y unos huevos en vinagre!. Aquí el alienígena es Brad Loman y su vestuario sangraojos.
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