Vista En: Cines Cinebox (Corvera), lunes 26 de
septiembre de 2011.
Título Original: No Habrá Paz Para los Malvados.
Director: Enrique Urbizu.
Guión: Enrique Urbizu y Michel Gaztambide. Género: Intriga.
Música: Mario de Benito. Fotografía: Unax Mendia.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Patricia Monné.
Productoras: Audiovisual Aval SGR, Canal+ España,
Generalitat Valenciana, Instituto de Crédito Oficial AXN,, Instituto de la
Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, Lazonafilms, Manto Films y
Telecinco Cinema.
Presupuesto: ±3.500.000 € (±4.500.000 $).
País: España. Año: 2011. Duración: 114 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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José Coronado
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Santos Trinidad
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Rodolfo Sancho
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Rodolfo
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Helena Miquel
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Chacón
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Juanjo Artero
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Leiva
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Pedro Maria Sánchez
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Ontiveros
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Younes Bachir
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Rachid
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Nadia Casado
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Celia
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Juan Pablo Shuck
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Augusto Lora
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Eduard Farelo
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Cerdán
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Walter Gamberini
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Don Pedro Vargas
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Ceham Ruiz
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Abogado Lora
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Ricardo Dávila
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Flavio
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Santos Trinidad es un policía caído en
desgracia que trabaja en desaparecidos. Durante una noche de borrachera,
asesina en un arrebato al dueño de un puticlub, una camarera y a un joven, pero
otro chico logra huir de allí. Mientras Trinidad le busca para limpiar sus
huellas, un agente judicial investiga el caso, cuyas implicaciones son más
oscuras de lo esperado.
Crítica: Volviendo otra vez al thriller, en el que ya
destacase en Todo por la Pasta [1991] y La Caja 507 [2002], Enrique Urbizu se
reencuentra con el prota de ésta última para hacer de él un verdadero portento
actoral, un hombre sin moral al que sus malos vicios le empujan al extremo sin
entender en dónde se ha metido, mientras que Juanjo Artero, eterno Javi de
Verano Azul [1981] y Charlie de El Comisario [1999], da otra actuación de
órdago, todo ello en un mosaico cuyas dispersas piezas van lentas pero seguras
ofreciendo una visual completa y terrible de una realidad que late y subyace en
los bajos fondos (el inicio, con un borracho Santos dispuesto a todo por seguir
de moña; su cara a cara con Chacón, una jueza de método cuya conversación con
él es un reflejo de dos modos muy distintos sobre hacer justicia; Leiva, un
agente que parece salido de una fábrica de policías, siempre hecho un pincel).
Usando de cuanto dispone, No Habrá Paz para los Malvados es una cinta expeditiva y amarga al 100%, con un antihéroe de circunstancias metido en el
caso de su vida y con una banda sonora a juego para la ocasión, en un ídem de
secretos y mentiras que dan un fiel reflejo del mundillo del servicio secreto
(Chacón, rebuscando información sobre el pasado de Santos; éste, usando los
recursos de su propia comisaría para sus fines personales; la cámara, mostrando
quién es el joven huido de Santos y a lo que se dedica realmente: para ponerse
los pelos como escarpias). Rematando en alto en sus últimos 20 minutos, Urbizu
echa toda la carne en el asador para arremeter a lo bestia, haciendo de su clímax
algo tan potente como malévolo e incisivo en la aparición de unos simples
extintores puestos en su lugar. Una película con la casualidad como seña de
identidad, fascinante a pesar de su lenta y cuidada narrativa, pero tan genial
como ese Santos, a punto de liarla, soltando un latiguillo para la historia del
cine.
La Puntilla: El que no entienda su último fotograma, que
se lo piense bien. Y ya entenderá porqué hará bien en cagarse de miedo.
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