Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 6 de junio
de 2015.
Título Original: Insidious. Chapter 3.
Director: Leigh Whannell.
Guión: Leigh Whannell. Género: Terror.
Música: Joseph Bishara. Fotografía: Brian Pearson.
Decorados: Lori Mazuer. Vestuario: Ariyela Wald-Cohain.
Productora: Blumhouse Productions. Presupuesto: ±10.000.000 $.
País: USA. Año: 2015. Duración: 97 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Lin Shaye
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Elise Rainier
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Stefanie Scott
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Quinn Brenner
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Dermot Mulroney
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Sean Brenner
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Tate Berney
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Alex Brenner
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Angus Sampson
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Tucker
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Leigh Whannell
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Specs
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Hayley Kiyoko
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Maggie
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Corbett Tuck
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Danielle
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Steve Coulter
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Carl
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Jaris Poindexter
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Harry
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Tom Fitzpatrick
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Novia de negro
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Michael Reid MacKay
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El Hombre que no Puede Respirar
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Quinn Brenner es una adolescente que sufre
por la muerte de su madre. Intentando contactar con ella, sospecha que un espíritu
maligno se ha adherido a ella tras sufrir un accidente, por lo que pide ayuda a
una vidente, Elise Rainier, para que la ayude a librarse del ser que la acecha
antes de que consiga matarla o amenazar las vidas de su padre y su hermano
pequeño.
Crítica: Tercera entrega de la saga escrita por Leigh
Whannell, que asume la dirección antes ostentada por James Wan en las dos
ocasiones anteriores, el cual ahora se limita a tareas de producción, y que en
verdad se trata de una precuela de éstas, ubicándose años antes de todo. Un
cambio de registro que sirve como un curioso giro de tuerca para poner a nuevos
jugadores (Dermott Mulrooney, siempre un placer verle en pantalla; Stefanie
Scott, que parece un clon de Selena Gomez) y reenfocar su guión con instantes
que pierden un poco de la garra antes mostrada, pero mantienen cierta
eficiencia como para resultar inquietantes (Stefanie, dando golpes en la pared;
ésta, viendo a algo o alguien que la saluda de lejos). Whannell, en su debut
como director, firma un producto hecho con calidad, fiel al espíritu de Wan y
que proporciona una agradable mixtura entre los momentos de diversión y otros
menos agradables (Tucker, un Angus Sampson que por tercera vez consecutiva roba
la película; Stefanie, sola en medio de la oscuridad), aunque cae en el error
de enlazar con las otras dos partes más de lo necesario (Elise reuniéndose con
Carl, que termina por ser de lo más acertado; la reaparición de la Novia de
Negro, algo ya menos acertado: ¿en verdad hacía falta su presencia?).
Afortunadamente, el buen ojo de Whannell equilibra sus distintas partes para
dosificar su terror, haciendo que éste aparezca de cuando en cuando, a veces de
forma sutiles pero otras más impactantes (el accidente de Quinn, de una
brutalidad total; ésta, quitándose unas escayolas de la forma más dolorosa
posible). Sin olvidar su vena dramática ni la agradecida batuta de Bishara,
compositor de toda la franquicia, la cinta funciona sobradamente como parte de
una escalofriante saga que, salvando altibajos narrativos, ofrece una buena
dosis de sustos y a una Lin Shaye en su salsa, entrañable, espléndida, del todo
inolvidable.
La Puntilla: Ojito con quien te salude de lejos. Tal vez
ni se trate de quien tú creas, ni tampoco lleve buenas intenciones.
Mi
Valoración
★★★★★
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