Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 23 de julio de
2017.
Título Original: 47 Meters Down.
Director: Johannes Roberts.
Guión: Johannes Roberts y Ernest Riera. Género: Terror.
Música: Tomandandy. Fotografía: Mark Silk.
Decorados: Fran Cooper. Vestuario: Eleanor Baker.
Productoras: Thefyzz, Tea Shop & Film Company,
Dimension Films, Altitude Film Sales, Dragon Root Securities, Entertainment
Studios Motion Pictures, Lantica Media y Flexibon Films. Presupuesto: ±5.000.000 $.
Países: Reino Unido, USA y República Dominicana. Año: 2017. Duración: 89 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Mandy Moore
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Lisa
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Claire Holt
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Kate
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Chris J. Johnson
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Javier
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Yani Gellman
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Louis
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Santiago Segura
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Benjamin
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Matthew Modine
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Capitán Taylor
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Lisa y Kate son dos hermanas que pasan unos
días de vacaciones en México. Tras conocer a Javier y Louis durante una noche
de fiesta, ambos las convencen para irse al mar y meterse en una jaula de
tiburones con que verlos de cerca. Pero la sujeción falla y ambas se ven
arrastradas al fondo del mar, teniendo que huir antes que se acabe el oxígeno
de las bombonas.
Crítica: Tensa y angustiosa aventura submarina
procedente del mismo autor de títulos como Darkhunters [2004] y El Otro Lado de
la Puerta [2016], quien crea una libre versión de Infierno Azul [Jaume
Collet-Serra, 2016] a la que le falla el guión de manera garrafal en algunos
momentos pero que resulta de lo más espléndido en otros, con un reparto bajo
mínimos en número como a su vez en talento dramático (el inicio, intentando
conectar con las chicas y con sus circunstancias, pero que acaba siendo
unidimensional: la clásica formalita y aburrida, y la más desinhibida y alegre;
el súbito descenso de la jaula hasta el fondo, desgarrador de necesidad y tan
angustioso como una Kate nadando en mitad de la nada ; Modine, Johnson, Gellman
y Segura {no el de Torrente; es otro con el mismo nombre} tan anodinos como
Moore y Holt, limitándose a posar lo justo para luego desaparecer de escena
rápidamente). Precioso pero a la vez claustrofóbico en la fotografía y efectivo
en la banda sonora, el film de Roberts intenta apuntar maneras como película de
terror pero no se libra de cierta sensación de artificiosidad en su
alargamiento de la trama hasta así conseguir un film correcto en cuanto a
duración a base de mil y un vericuetos (el giro del guión hacia el final de la
película, una trampa en toda regla que no solo rompe las expectativas si no que
aparte de generar un sentimiento de traición, mata todo lo anterior: ¿en qué
narices pensarían?; las bombonas de oxígeno y la posibilidad de ascender
nadando, hechos de tal modo que sirven para extender lo que bien pensado no
hubiese ido más allá de unos minutos de metraje: un punto flaco muy gordo del
guión; el instante, auténticamente terrorífico, de las dos hermanas encendiendo
una bengala: el mejor instante de toda la peli con diferencia). Un trabajo
defectuoso, que proporciona algo de espectáculo, pero que se ve destruido por
su lamentable acto final.
La Puntilla: «En el espacio nadie puede oír tus gritos»,
dice ese eslogan tan famoso. ¿Y sabes qué?. En el fondo del mar tampoco.
Mi
Valoración
★★★★★
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