Vista En: Youtube, lunes 18 de septiembre de 2017.
Título Original: Adam.
Director: Veselin Efremov.
Guión: Veselin Efremov. Género: Animación.
Música: Frank Levy, sin acreditar. Dirección Artística: Veselin Efremov.
Productora: Unity Technologies. Presupuesto: [Desconocido].
Países: Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Bulgaria y
Lituania. Año: 2016. Duración: 6 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Ovanes Torosian
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Adam/Guarda
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Stanimir Stamatov
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Sebastian/Lu/Guarda
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un futuro lejano, el cuerpo orgánico se ha
convertido en un privilegio que las personas pueden perder con gran facilidad.
Adam, un preso que cumple condena en una prisión de máxima seguridad, se
despierta en una celda solo para descubrir que su mente ha sido transferida a
un cuerpo robot, encontrándose con una desoladora realidad al salir de su
celda.
Crítica: Concebido únicamente como una prueba
experimental para verificar la potencia y capacidad de diseño informático de
sus sistemas, la productora Unity Technologies vuelve a colaborar con Efremov
después de la ópera prima de este El Herrero [2015], consiguiendo mucho más de
su falta de ambición y pretensiones de lo que parece proponiendo una trama minimalista
que toma parte de la idea central de Chappie [Neill Blomkamp, 2015] para
llevarla a un terreno mucho más negruzco y distópico (el inicio, con Adam
despertando: un calco a su manera de una
escena cumbre de Matrix [Larry y Andy Wachowski, 1999], que provoca un cierto
sentimiento de nostalgia; el diseño tanto de los personajes como de los
escenarios, y de una calidad y un grado de realismo en verdad apabullante, a la
altura de Avatar [James Cameron, 2009] pero en versión mucho menos naturalista;
el escenario exterior, otro toque de suspiro nostálgico en su evocación a la
frontera de Megaciudad de Juez Dredd [Danny Cannon, 1995] con una gota de Blade
Runner [Ridley Scott, 1982]: grandioso). Antojándose demasiado corto en su
duración por las ideas que maneja y con uno de esos epílogos abiertos pero que
deja algo a la intuición, Adam va más allá de una mera comprobación diagnóstica
para proponer un futuro que deja en pañales a otros como La Fuga de Logan
[Richard Anderson, 1976], con un fantástico aderezo musical a ritmo del
“Nocturne in E-flat Major Op. 9 Nr. 2”
de Frédéric Chopin (la casi total ausencia de diálogo, a excepto de un guarda
dando órdenes, necesario para que la imagen sea la que cuente la historia sin
que las palabras la distraigan; la aparición de dos robots, cuya apariencia es
de tal detalle que parece 100% real). Un cortometraje brillante y que da en el
blanco en lo sencillo de su idea, carente de defectos reseñables pero sí con
unas virtudes más narrativas que técnicas. Que ya es decir mucho.
La Puntilla: Algunas veces, las obras maestras se logran
cuando ni se desea ni se pretende crearlas.
Mi
Valoración
★★★★★
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