Vista En: Tele 5, martes 27 de abril de 2003.
Título Original: At First Sight.
Director: Irwin Winkler.
Guión: Steve Levitt, basado en el ensayo Ver y no
Ver, de Oliver Sacks, publicado en 1993. Género: Drama.
Música: Mark Isham. Fotografía: John Seale.
Decorados: Susan Bode. Vestuario: John Dunn.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer. Presupuesto: ±60.000.000 $.
País: USA. Año: 1999. Duración: 128 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Val Kilmer
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Virgil Adamson
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Mira Sorvino
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Amy Benic
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Kelly McGillis
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Jennie Adamson
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Steven Weber
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Duncan Allanbrook
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Bruce Davison
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Dr. Charles Aaron
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Nathan Lane
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Phil Webster
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Ken Howard
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Padre de Virgil
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Laura Kirk
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Betsy Ernst
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Margo Winkler
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Nancy Bender
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Diana Krall
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Singer
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Brett Robbins
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Ethan
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Willie Carpenter
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Jack Falk
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Amy Benic, una arquitecta perfeccionista y
obsesionada con el trabajo, decide
tomarse un breve descanso en un spa, donde conoce a Virgil Adamson, un
masajista ciego desde los tres años. Interesándose por él, Amy descubre una
operación que le podría devolver la vista y logra convencerle de operarse, lo
que supondrá un gran cambio en sus respectivas vidas.
Crítica: Melodrama en la misma línea de Despertares
[Penny Marshall, 1990], con la que el autor de Caza de Brujas [1991] y La Red
[1995] reúne a dos de los protagonistas de la recordada Top Gun. Ídolos del
Aire [Tony Scott, 1986] y que le cede el protagonismo a la guapa Mira Sorvino,
el tercer vértice de un extraño triángulo en el que no faltan los momentos
íntimos de drama para el lucimiento de sus actores (Kelly McGillis, haciendo de
la hermana de Virgil, una mujer que ha dejado su vida en una pausa permanente
por cuidar de su hermano: la charla que ambos tienen sobre dicho asunto es muy
emotiva; el momento en el que Virgil, en unos aseos y poco después de operarse,
se ve a si mismo en un espejo pero es incapaz de reconocerse; una fascinante
forma de representar la pérdida del yo; el primer encuentro entre Amy y Virgil,
un masaje en el que de repente, de masajes se pasan a las lágrimas: ¿una forma
de expresar las emociones reprimidas que de pronto salen a las superficie?).
Guardándose un par de momentos algo desagradables y un par de enigmas a fin de
aderezar una película a la que los topicazos y clichés se le acumulan sin
parar, A Primera Vista es un intento de resucitar la alicaída de sus actores
como una aproximación sobre la ceguera y de los sentidos, que es inspirado en
parte por la figura del real Shirl Jennings (Virgil, hablando sobre “nubes
rosas” como uno de sus recuerdos de infancia; sus intentos de acercarse a su
padre, un Ken Howard al que le toca ser la parte detestable del metraje: la
prueba palpable de que a veces “padre” solo es pura biología; Virgil, dándole a
Amy una noticia de esas que ella no deseaba escuchar). Un trabajo que se
mantiene a flote gracias al buen hacer de Kilmer, creíble como Adamson, y cuyo
epílogo, explicativo como corresponde, sirve para dejarlo todo atado y bien
atado. Lejos de ser espectacular, sí sabe como tocar el corazón.
La Puntilla: En un mundo dictatorialmente visual, se mira
a los ciegos como “discapacitados”. A lo mejor los discapacitados son los que
ven.
Mi
Valoración
★★★★★
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