Vista En: Cuatro, lunes 7 de julio de 2008.
Título Original: Bedazzled.
Director: Harold Ramis.
Guión: Larry Gelbart, Harold Ramis y Peter Tolan,
basado en el libreto de 1967 de Peter Cook y Dudley Moore. Género: Comedia.
Música: David Newman. Fotografía: Bill Pope.
Decorados: Garrett Lewis. Vestuario: Deena Appel.
Productoras: Twentieth Century Fox Film Corporation,
Regency Enterprises y KirchMedia. Presupuesto: ±48.000.000 $.
Países: USA y Alemania. Año: 2000. Duración: 93 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Brendan Fraser
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Elliot Richards/Jefe/Mary/Abraham Lincoln
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Elizabeth Hurley
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El Diablo
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Frances O’Connor
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Alison Gardner
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Orlando Jones
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Daniel/Dan/Danny/Esteban/Lamar Garrett
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Paul Adelstein
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Bob/Roberto
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Toby Huss
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Jerry/Alejandro/Jerry Turner/Lance
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Miriam Shor
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Carol/Azafata de Penthouse
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Gabriel Casseus
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Compañero de celda de Elliot
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Brian Doyle-Murray
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Sacerdote
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Jeff Doucette
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Sargento
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Aaron Lustig
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Supervisor de Synedyne
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Rudolf Martin
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Raoul
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Elliot Richards es un tímido y reprimido
oficinista enamorado de Allison, una compañera de trabajo. Incapaz de decirle
lo que siente, El Diablo se aparece para ofrecerle siete deseos para que él
obtenga el amor de ella, pero cada uno de los deseos que Richards pide termina
volviéndose contra él, metiéndole en una serie de situaciones cada vez más
peligrosas.
Crítica: Mediocre y desacertado remake de la película
del mismo título que hizo Stanley Donen en 1967, dirigida por el eterno Egon de
Los Cazafantasmas [Ivan Reitman, 1984] y que también ha hecho sus pinitos de
realizador en un par de títulos como la sensacional Atrapado en el Tiempo
[1993] y Mis Dobles, mi Mujer y Yo [1996], con Brendan Fraser y Elizabeth
Hurley de reemplazo de los Dudley Moore y Peter Crook originales, en una trama
que va a juego con el sentido del humor de la estrella de George de la Jungla
[Sam Weisman, 1997] pero que no saca lo mejor de si (la química entre Hurley y
Fraser, ausente en grado sumo a pesar de todos sus intentos por encajar: ella
es muy británica y él es muy pero que muy americano; cada vez que Richards
termina uno de sus deseos, con El Diablo vestida de fetiche sexy: lo de policía
no es tan divertido como verla de ángel; el inicio, que deja patente que
Richards es el arquetipo de pringado con problemas de sociabilidad, lo único
dramático y tal vez de lo mejor de la película). Haciendo de cada deseo el eje
de la trama central con la única y clara de demostrar las más que sobradas
aptitudes cómicas de su protagonista masculino, Al Diablo con el Diablo es un
largometraje que echa por tierra lo estupendo de su idea básica para servir en
bandeja de plata una comedieta de segunda, donde Fraser repite todos y cada uno
de sus tics para buscar la risa fácil como ya hiciese en Buscando a Eva [Hugh
Wilson, 1999] (el sketch en el que Richards se despierta como narcotraficante
colombiano con bigote y melena al viento, tanto o más divertido que el otro en
el que ejerce de escritor famoso: dos situaciones que parecen ir bien pero que
se tuercen del modo más explosivo el primero y tronchante el segundo; Richards,
en la cárcel, teniendo una charla muy peculiar). Estupendo en el vestuario, el resto
no reluce de la misma manera. Y su final es todavía menos acertado.
La Puntilla: Hay cosas que simplemente no casan.
Confrontar el humor inglés con el humor americano es una de ellas.
Mi
Valoración
★★★★★
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