Vista En: Cines Marta y María (Avilés), sábado 20 de
noviembre de 2004.
Título Original: AVP: Alien Vs. Predator.
Director: Paul W.S. Anderson.
Guión: Paul W.S. Anderson, Dan O’Bannon y Ronald
Shusett. Género: Ciencia Ficción.
Música: Harald Kloser. Fotografía: David Johnson.
Decorados: Peter Walpole. Vestuario: Magali Guidasci.
Productora: Twentieth Century Fox Film Corporation, Davis Entertainment, Brandywine Productions, Stillking Films, Kut Productions, Studio Babelsberg, Charenton Productions Limited, Lonlink Productions, Impact Pictures e Inside Track Films. Presupuesto: ±60.000.000 $.
Países: USA, Reino Unido, República Checa, Canadá y Alemania. Año: 2004. Duración: 101 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sanaa Lathan
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Alexa Woods
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Raoul Bova
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Sebastian de Rosa
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Lance Henriksen
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Charles Bishop Weyland
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Ewen Bremner
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Graeme Miller
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Colin Salmon
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Maxwell Stafford
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Tommy Flanagan
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Mark Verheiden
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Joseph Rye
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Joe Connors
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Agathe de La Boulaye
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Adele Rousseau
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Carsten Norgaard
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Rusten Quinn
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Sam Troughton
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Thomas Parks
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Petr Jákl
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Stone
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Pavel Bezdek
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Bass
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Una expedición arqueológica de viaje a la
isla de Bouvetøya, en la Antártida, se ve atrapada en un fuego cruzado al
descubrir que bajo tierra se oculta una pirámide usada por una raza alienígena
para enfrentarse a otra raza a la que usan como rito de madurez. Esto obliga al
grupo a huir por toda la pirámide intentando sobrevivir a una amenaza cada vez
más letal.
Crítica: Anhelado crossover entre dos de los monstruos
más célebres del cine de los últimos 25 años, idea ya acariciada en otros
medios como en una serie de cómics en 1990 {en adelante} o videojuegos como el
de Capcom de 1994, con el que el director de Horizonte Final [1997] y Resident
Evil [2002], se va de pleno a una historia que se deja llevar más por los
efectos especiales que por la calidad de sus interpretaciones, apostando más a
la acción palomitera que a la atmósfera o a crear una historia de peso (el
grupo liderado por Alexa Woods, prescindibles de todo punto y mera carnaza para
morir de diferentes maneras; Lance Henriksen, genial en todo momento en su
afortunado regreso tras la segunda y tercera parte de Alien; Woods, haciéndose
un inesperado aliado). Normalilla en la banda sonora pero más interesante en la
fotografía y la puesta en escena, la trama se diluye en un ir y venir de
peligro constante, sostenido por algunas tramas que corren en paralelo y
explicaciones facilonas para hacer de endebles justificaciones (los Predators,
intentando llegar hasta la pirámide; Woods y Sebastian, leyendo unos
jeroglíficos que encuentra; el origen de la propia pirámide y su
funcionamiento, de todos menos algo que se merezca la pena entrar para
visitarla). El libreto a ocho manos, sugerente y atractivo en la premisa
inicial, se convierte en una necedad con gran rapidez, traicionando la propia
esencia de los personajes, haciéndolos una sucesión de tópicos, combates y
situaciones vistas hasta la saciedad con algún añadido de por medio (uno de los
Predators, pillado desprevenido; su final, evocando de manera clara a Aliens,
el Regreso [James Cameron, 1986]). Una cinta con una factura al más puro estilo
hollywoodiense, rematado con una secuencia final típica y tópica que, a buen
seguro, es la puerta para alguna que otra secuela. Un trabajo con mucha acción
para ver, pero con poco guión para disfrutar.
La Puntilla: “¿El enemigo de mi enemigo es mi amigo?, ¿y
cómo voy a saber si lo es si no puedo hablar con él, y de intentarlo seguro que
me mata?”.
Mi
Valoración
★★★★★
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