Vista En: Gnula.nu, jueves 18 de enero de 2018.
Título Original: Geo-Disaster.
Director: Thunder Levin.
Guión: Thunder Levin. Género: Ciencia Ficción.
Música: Christopher Cano y Chris Ridenhour. Fotografía: Laura Beth Love.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Lisa Catalina.
Productora: The Asylum. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2017. Duración: 87 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Matthew Pohlkamp
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Matt Mason
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Natalie Pelletier
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Johanna Mason
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Erich Riegelmann
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Rick Mason
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Maggie Rose Hudson
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Kaley Mason
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Isabella Bazler
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Cassie Mason
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M. Steven Felty
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Roberto Gianelli
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Deyo Forteza
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Rajesh Vasquez
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Nathan Leung
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Noah Smith
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Tammy Klein
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Dr. M. Picciotto
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Jay Cardell
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Rodney Jackson
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Annie Quigley
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Aurora
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Channing McKindra
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May
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Debido a un fragmento de materia oscura que
ha atravesado la Tierra de parte a parte, ésta comienza a verse afectada por
varios desastres naturales. Matt Mason, de acampada con su hijo Rick, intentan
regresar a Los Angeles para buscar a Johanna, Kaley y Cassie, mientras que
éstas intentan ponerse a salvo a la espera de que Matt y Rick consigan
encontrarlas.
Crítica: Facturada a toda
prisa para surgir a modo de la hermana bastarda de Geostorm [Dean Devlin,
2017], el infame Thunder Levin autor de atrocidades impresentables del calibre
de Buques de Guerra [2012] y la de AE: Apocalypse Earth [2013] se monta él solo un delirio que pasa de la ciencia
y la física a fin de perpetrar un espanto ridículo con secuencias onanistas y
un reparto al que deberían haberse llevado a una academia de interpretación
pero con urgencia (Natalie Pelletier, una aspirante a Kristen Stewart en cuanto
a inexpresividad que nunca logra cambiar de cara, sin importar la situación; el
prólogo, con la materia oscura haciendo su entrada en escena: un escarnio de
mofa y befa a toda la rama científica, cuyos efectos especiales ya son un
clásico en la serie Z menos estilosa: la necedad elevada a la categoría de
arte; cada uno de los desastres naturales, filmados a dolor para el cerebro).
Altamente delirante y sin rubor alguno en cuanto a ser una sombra del
sobrepresupuestado film de Devlin, Geodisaster acumula torpezas e inutilidades
que da gusto verla, con un ritmo aséptico hasta la extenuación y una fotografía
que deja mucho que desear (Kaley, en plena hecatombe, quejándose a Johanna de
que necesita una madre y no una amiga: típico cliché que intenta ser emotivo
pero que la ineptitud de Maggie Rose Hudson convierte en memez innecesaria; las
tomas panorámicas de los desastres, donde la interacción no coincide con la
acción, de coches yendo hacia un tsunami a una ciudad en calma cuando en teoría
está cediendo al caos y la anarquía: la palma se la lleva una ciudad indemne
cuando se supone el terremoto la ha destruido; Matt y Rick, topándose con un
grupo miliciano: un error y un horror, de principio a fin). Un chute por vena
de la sinrazón cinematográfica a niveles de sobredosis y un increíble desatino solo
tolerable para amantes del género. Dolosa, pero con avaricia.
La Puntilla: Para ver películas así hacen falta una cosa:
una moral muy alta para tomarla a cachondeo. Verlas en serio es algo imposible.
Mi
Valoración
★★★★★
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