Vista En: Gnula.nu, lunes 24 de julio de 2017.
Título Original: Kôkaku Kidôtai.
Director: Mamoru Oshii.
Guión: Kazunori Itô, basado en el manga homónimo de
Masamune Shirow, publicado en 1989. Género: Animación.
Música: Kenji Kawai. Dirección Artística: Hiromasa Ogura.
Productoras: Bandai Visual Company, Manga Entertainment,
Production I.G. y Kôdansha. Presupuesto: ±600.000.000 ¥ (±6.000.000 $).
Países: Japón y Reino Unido. Año: 1995. Duración: 83 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Atsuko Tanaka
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Mayor Motoko Kusanagi
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Akio Ôtsuka
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Batou
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Kôichi Mamadera
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Togusa
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Yutaka Nakano
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Ishikawa
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Tamio Ôki
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Daisuke Aramaki
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Tesshô Genda
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Director Nakamura
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Namaki Masakazu
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Dr. Willis
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Masato Yamanouchi
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Ministro de Asuntos Exteriores
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Shinji Ogawa
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Diplomático
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Mitsuru Miyamoto
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Mizuho Daita
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Kazuhiro Yamaji
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Basurero A
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Shigeru Chiba
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Basurero B
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el año 2029, Motoko Kusanagi es la líder
de la Sección 9, una división especial para delitos cibernéticos de New Port
City, en Japón. Tras su último caso, ella y los agentes Batou y Togusa son
asignados en la captura de El Titiritero, un pirata informático responsable de
varios ataques recientes y que es capaz de hackear incluso los chips cerebrales
de sus víctimas.
Crítica: Oshii, autor de las excepcionales El Huevo
del Ángel [1985] como de Patlabor: La Película [1989] firma una obra de arte
del género Anime desde el minuto uno, excepcionalmente lograda en su animación
como hipnótica en la banda sonora que evoca cantos corales japoneses,
imprimiendo un estilo y un derroche visual sorprendente para su escasa duración
(el inicio, en el que se describe con todo detalle y sin vergüenza alguna la
creación de Kusanagi: una maravilla en cuanto a formato e infografía; las
pinceladas de un año 2029 con seres humanos mejorados no solo con implantes
físicos si no hasta con chips cerebrales en su cabeza: los ojos de Batou o el
interrogatorio a un basurero son entre alucinantes y perturbadores; las
panorámicas de New Port City, una extrapolación de urbes como Tokyo o Hong Kong
con un estilo más futurista, de una belleza sin par). Inconmensurable tanto en
la progresión narrativa del guión como en el retrato de los personajes, Ghost
in the Shell es una película donde las tramas de espionaje se mezclan con la
búsqueda de la identidad y corrupciones gubernamentales, todo mezclado y
agitado para confeccionar un largometraje donde “talento” y “brillantez” se
quedan cortas para definirlo (Togusa, preguntando a Kusanagi porque necesitan
de un poli como él cuando apenas tiene implantes cibernéticos; ésta, comentando
con Batou sobre los avances que tiene en ellos mismos o sus dudas sobre si ella
es realmente ella, dibujando una sociedad donde lo humano puro y el concepto
del “yo” es más bien escaso uno y dudoso lo otro; Togusa, comprobando unos
coches en un aparcamiento que le hacen recelar). Una joya en todos los sentidos
capaz de proporcionar secuencias realmente espectaculares no solo de acción si
no de reflexiones y debates abiertos (El Titiritero, hablando del ADN; el
combate de su clímax final), tan asombrosa como al mismo tiempo subyugante.
La Puntilla: Humanos metiéndose chips capaces de anular
sus recuerdos y de manipular su conciencia. Miedo no: da verdadero pánico.
Mi
Valoración
★★★★★
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