Vista En: Gnula.nu, lunes 24 de julio de 2017.
Título Original: Innocence.
Director: Mamoru Oshii.
Guión: Mamoru Oshii, basado en el manga Ghost in the
Shell, de Masamune Shirow, publicado en 1989. Género: Animación.
Música: Kenji Kawai. Dirección Artística: Shuichi Hirata.
Productoras: Bandai Visual Company, Production I.G.,
Studio Ghibli, Buena Vista Home Entertainment, Kôdansha, Dentsu Music And
Entertainment y ITNDDTD. Presupuesto: ±2.000.000.000 ¥ (±20.000.000 $).
País: Japón. Año: 2004. Duración: 100 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Akio Ôtsuka
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Batou
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Atsuko Tanaka
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Mayor Motoko Kusanagi
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Kôichi Yamadera
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Togusa
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Tamio Ôki
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Jefe de la Sección 9 Aramaki
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Yutaka Nakano
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Ishikawa
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Naoto Takenaka
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Kim
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Yoshiko Sakakibara
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Dra. Haraway
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Hiroaki Hirata
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Koga
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Masaki Teratoma
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Azuma
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Sumi Mutoh
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On’na no ko
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Katsunosuke Hori
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Jefe Forense
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el 2032 Batou, un agente de la Sección 9
de New Port City, Japón, investiga un caso en el que una robot diseñada para el
placer sexual ha matado a su amo. Ayudado por Togusa, el caso les induce a
pensar de una conspiración terrorista relacionada con Locus Solus, la empresa
que las creó, por lo que Batou pide ayuda a su antigua compañera, Motoko
Kusanagi.
Crítica: Secuela un tanto alternativa de Ghost in the
Shell [Oshii, 1995] que mantiene todas y cada una de las coordenadas de la
original para tener guión y una historia entre futurista pero también con
moralismos de por medio, con unos efectos digitales que no solo sirven para
capturar una atmósfera turbia y altamente mecanizada si no que se solapan a la
animación tradicional como un guante, consiguiendo verdaderos prodigios (la
Dra. Haraway, explicando a Togusa cual es la diferencia entre “suicidio” y
“autodestrucción”; los tonos anaranjados de muchas secuencias con animación 3D,
dominando la historia: lo de la cámara subjetiva que muestra lo que ve Batou al
estilo Terminator [James Cameron, 1984] es un buen ejemplo de ello; este,
oyendo de labios de Ishikawa el alcance de lo ocurrido en una tienda de
comestibles). Increíble en las panorámicas digitales que convierten a las de
Star Wars, Episodio II: El Ataque de los Clones [George Lucas, 2002] en simples
postales, el director de Lamu, la Pequeña Extraterrestre: Solo Tú [1983] y las
dos partes de Patlabor [1989 y 1993] aumenta y expande lo concebido a mediados
de los 90 para dar cabida a un mundo visualmente rico y excepcional, que nunca
pierde fuelle en sus recovecos narrativos gracias a una historia en inicio
sencilla pero que no tarda en complicarse (la estética de la ciudad, con
evidentes guiños en sus paisajística a Blade Runner [Ridley Scott, 1982]; Kim,
desvariando acerca del tapiz que da sentido y textura a la realidad física como
al espíritu humano, algo que combina a la perfección con el soliloquio que
Batou sobre reconocer recuerdos implantados de los reales; los ginoides, una
versión robotizada de la vieja muñeca hinchable, dando fe que hasta en el
futuro el vicio encuentra nuevas maneras para satisfacerse). Un largometraje
con apenas defectos y sí muchísimas virtudes, el cual deja un muy agradable
sabor de boca.
La Puntilla: Robots sexuales para placeres carnales. Y los
hombres pasarán de las mujeres reales por hacer “de todo” sin cargos de
conciencia.
Mi
Valoración
★★★★★
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