Vista En: Cines Odeón (Corvera), miércoles 18 de enero
de 2017.
Título Original: Underworld: Blood Wars.
Directora: Anna Foerster.
Guión: Cory Goodman, basado en una historia original
de Kyle Ward y Cory Goodman. Género: Fantástico.
Música: Michael Wandmacher. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub.
Decorados: Anna Mayerová y Magdalena Novakova. Vestuario: Bojana Nikitovic.
Productoras: Lakeshore Entertainment, Screen Gems y Sketch
Films.
Presupuesto: ±35.000.000 $.
País: USA. Año: 2016. Duración: 91 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Kate Beckinsale
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Selene
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Theo James
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David
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Tobias Menzies
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Marius
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Lara Pulver
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Semira
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Charles Dance
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Thomas
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James Faulkner
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Cassius
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Peter Andersson
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Vidar
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Clementine Nicholson
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Lena
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Bradley James
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Varga
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Daisy Head
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Alexia
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Oliver Stark
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Gregor
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Driga Sveta
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Amelia
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Exiliada de los vampiros y perseguida por
ellos, Selene acepta el indulto del Consejo a causa de Marius, el nuevo líder
de los licántropos. Pero traicionada por Semira, una ambiciosa vampiro, Selene
y David huyen hasta un lejano refugio del norte donde estar a salvo de Marius y
Semira, ya que los dos buscan a Selene para encontrar a su hija y obtener su
sangre.
Crítica: Ópera prima de Anna Foerster tras varios
trabajos para la pequeña pantalla, encargada de firmar una quinta que parece
{sin serlo} un reinicio de la franquicia iniciada en 2003, en donde algunos
detalles del guión se acaban haciendo sentir en su continuo rechinar, y otros
resultan cuando menos de lo más nostálgicos en su pátina de reciclaje
cinematográfico (Semira, heredando de Kraven ese papel de villana con ínfulas
de dominación total: ni con neones publicitarios podría ser más evidente; las
recurrentes referencias a Michael Corvin, pese a que Scott Speedman dejó la
franquicia en la segunda parte, allá por 2006; el prólogo, el cual borra a los
humanos de la ecuación como si los diesen por muertos o nunca hubieran sabido
de ellos). Variopinto en parte de su elenco, funcional todo él de principio a
fin, sus escenarios y paisajes se convierten de nuevo en un aliciente a tener
en cuenta, amén de una estética que busca ser algo novedosa en sus aportaciones
para un ir y venir de peleas y tiroteos como ya es tradición (Selene y David,
llegando a Vador, un refugio para vampiros que parece Mordor pero en versión
nevada; la desaparición de Thomas, o Charles Dance abandonando la saga por la
puerta de la grandeza: injusto, pero heroico; el personaje de Marius, heredando
de aquel Lucian que dio vida Michael Sheen el papel de líder: un hombre con
muchos recursos...y contactos de lo más íntimos). Underworld: Guerras de Sangre
es una película que gira en redondo hacia toda la idiosincrasia de la
franquicia hasta el más leve detalle (la recuperación del consejo de mayores
como de la mansión de la primera parte: ejemplo de que, al final, todo acaba
volviendo a su cauce; el vestuario, impecable al 100%), y un film con el que
disfrutar sin problema alguno. Eso, y el placer de ver a una Kate Beckinsale de
43 años enfundada de nuevo en su trajecito de cuero negro. Un auténtico placer
culpable.
La Puntilla: ¿Qué hacer cuando se acaban las nuevas
ideas?. Volver a la idea original y recomenzar de cero. Siempre funciona.
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