Vista En: Cines Odeón (Corvera), jueves 14 de julio de
2016.
Título Original: Central Intelligence.
Director: Rawson Marshall Thurber.
Guión: Ike Barinholtz, David Stassen y Rawson
Marshall Thurber, basado en una historia original de Ike Barinholtz y David
Stassen. Género: Comedia.
Música: Ludwig Göransson y Theodore Shapiro. Fotografía: Barry Peterson.
Decorados: Leslie E. Rollins. Vestuario: Carol Ramsey y Rebecca Todd.
Productoras: Bluegrass Films, Principato-Young
Entertainment, New Line Cinema y Universal Pictures. Presupuesto: ±50.000.000 $.
País: USA. Año: 2016. Duración: 107 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Dwayne Johnson
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Bob Stone/Robbie Wheirdicht
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Kevin Hart
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Calvin Joyner
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Amy Ryan
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Agente Pamela Harris
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Danielle Nicolet
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Maggie
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Jason Bateman
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Trevor
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Aaron Paul
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Phil
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Ryan Hansen
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Steve
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Tim Griffin
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Agente StanMitchell
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Timothy John Smith
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Agente Nick Cooper
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Sione Kelepi
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Robbie joven
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Robert Woo
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Ethan
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Thomas Kretschmann
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El comprador
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: 20 años después de graduarse como el más
prometedor de los estudiantes, Calvin Joyner pasa sus días como aburrido
contable al lado de su amor del instituto, Maggie. Aceptando una solicitud de
amistad de Facebook se reencuentra con Robbie Wheirdicht, un amigo que le
llevará por el camino de la amargura tras saber su secreto: que es un agente de
la CIA.
Crítica: Comedieta al servicio de un hipervitaminado
Dwayne Johnson en su versión más desmangada y risueña, acompañado para la
ocasión por un Kevin Hart un tanto menos histriónico que en Infiltrados en
Miami [Tim Story, 2016] pero igualmente divertido, en un dúo bastante
improbable pero cuya química funciona muy bien en pantalla (su primer encuentro
en el bar, donde puede apreciarse la diferencia entre ambos, y no solo la
física; Calvin y Maggie, en una terapia de pareja risible de pura extravagancia;
Calvin, encontrándose su casa completamente ordenada en apenas unos segundos:
ni Flash). Su guión, que parte de una premisa imposible de sostenerse, se las
arregla para dar un mínimo de aleccionamiento y de moralina, pero supeditándolo
a una serie de instantes creados con el fin de sacar la sonrisa y crear un
pasatiempo para toda la familia pese a uno o dos momentos incómodos (el inicio,
con Robbie sufriendo una humillación pública; el encuentro de éste y Calvin con
Trevor, un Jason Bateman cargante que dan ganas de hacerle comida para perros;
la inclusión de un Aaron Paul predecible y muy desaprovechado: sus referencias
sobre 16 Velas [John Hughes, 1986] y De Profesión: Duro [Rowdy Herrington,
1989] no tienen desperdicio). Con la estoicidad de Amy Ryan y la parte más
relajada en Danielle Nicolet, el autor de Cuestión de Pelotas [2004] y Somos
los Miller [2013] se mantiene en sus 13 para crear un largometraje con aires de
telefilme de fin de semana, no especialmente destacable pero de lo más llevadero
en su apelación al corazón (Calvin, confesando su decepción ante lo que es su
trabajo; Wheirdicht, o el espía más obsesionado con el pasado que se recuerde;
el final, donde una no acreditada Melissa McCarthy hace de las suyas). Cómico
incluso en las tomas falsas de sus créditos finales, Un Espía y Medio es justo
lo que parece: una hora y tres cuartos de puro cachondeo.
La Puntilla: Espía con problemas emocionales junto a
promesa estrellada en busca de recordar viejos tiempos. De ahí al desastre
medio paso.
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