Vista En: Cines Marta & María (Avilés), sábado 4 de febrero de 2006.
Título Original: Underworld: Evolution.
Director: Len Wiseman.
Guión: Danny McBride, basado en una historia original de Len Wiseman y Danny McBride. Género: Fantástico.
Música: Marco Beltrami. Fotografía: Simon Duggan.
Decorados: Lin MacDonald. Vestuario: Wendy Partridge.
Productoras: Screen Gems y Lakeshore Entertainment.
Presupuesto: ±50.000.000 $.
País: USA. Año: 2006. Duración: 106 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Kate Beckinsale
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Selene
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Scott Speedman
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Michael Corvin
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Tony Curran
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Marcus Corvinus
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Sir Derek Jacobi
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Alexander Corvinus
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Bill Nighy
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Viktor
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Steven Mackintosh
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Andreas Tanis
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Brian Steele
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William Corvinus
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Zita Görög
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Amelia
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Scott McElroy
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Soren
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Shane Brolly
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Kraven
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Michael Sheen
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Lucian
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Sophia Myles
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Erika
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Después de matar a Viktor, Selene huye con Michael Corvin en busca de un refugio seguro, pero su tranquilidad acaba al saber que Marcus, último de los vampiros mayores y el que dio origen a la raza, ha despertado y busca a su hermano William, el primer licántropo, encerrado por Viktor siglos atrás para así tener a los licántropos como esclavos de los vampiros.
Crítica: Inevitable secuela del éxito Underworld [Wiseman, 2003], que sigue la historia exactamente donde acabó la anterior, recuperando al elenco de la original de manera más breve y casual que antes, y añadiendo nuevos giros a la historia que permiten dar un enfoque diferente a previamente visto, amén de nuevas incorporaciones de agradecer como Tony Curran y el eterno prota de Yo, Claudio [1976] (la charla de Selene con Tanis, una especie de experto en historia de los vampiros, sobre un amuleto, aclarando el verdadero porqué de la muerte de su familia; el prólogo, situado en el siglo XIII d.C., en el que, pese a su fugacidad, Bill Nighy demuestra ser un diamante en bruto; Marcus, un enemigo temible cuyo aspecto es de por ser terrorífico: la amenaza velada de la primera parte cobra ahora toda su relevancia). Conversando su esencia en todo momento y bien hilada en su devenir narrativo, Wiseman diseña una segunda parte tal vez no perfecta, pero altamente disfrutable de principio a fin, con la acción y la historia personal convertidas en un conflicto que nada sabe del paso del tiempo (Michael, intentando demostrarse que es humano al ir a comer a un restaurante, solo para darse cuenta de que eso es imposible; Selene, recriminando a Alexander Corvinus su incapacidad de asumir lo que sus hijos son en realidad; la primera aparición de éste, que sirve para cortar los cabos que se habían sido sueltos en la primera parte: muy bien pensado). Buscando el más difícil todavía y luciendo unos estupendos efectos especiales que cumplen sobradamente sus objetivos, Underworld: Evolution es un film al que la palabra “mejor” se le viene como anillo al dedo (Selene, recibiendo un regalo de parte de Corvinus; el final, una pelea a dos bandas con mucho de visceral...literalmente hablando). Un largometraje que mejora lo anterior y lo potencia aún más. Y la Beckinsale parte la pana como le viene en gana.
La Puntilla: “Voy a rescatar a mi hermano porque le quiero mucho. ¿Qué es una bestia?. ¡Qué más da!. Todos somos un poco salvajes, ¿no?”.
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