Vista En: Fox, domingo 23 de julio de 2017.
Título Original: Wild Card.
Director: Simon West.
Guión: William Goldman, inspirado en su libreto
original de 1969, basado a su vez en su propia novela Heat, publicada en 1985. Género: Acción.
Música: Dario Marianelli. Fotografía: Shelly Johnson.
Decorados: Wendy Drapanas. Vestuario: Lizz Wolf.
Productoras: Lionsgate, SJ Heat Productions,
Sierra/Affinity, Cinema Seven Productions, Current Entertainment, Quad Films,
SJ Pictures y Silver State Production Services. Presupuesto: ±30.000.000 $.
País: USA. Año: 2015. Duración: 92 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jason Statham
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Nick Wild
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Michael Angarano
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Cyrus Kinnick
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Dominik García-Lorido
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Holly
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Hope Davis
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Cassandra
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Milo Ventimiglia
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Danny DeMarco
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Max Casella
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Osgood
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Stanley Tucci
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Baby
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Sofía Vergara
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DD
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Jason Alexander
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Pinky
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Anne Heche
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Roxy
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Chris Browning
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Tiel
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Matthew Willig
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Kinlaw
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Nick Wild es un guardaespaldas independiente
de Las Vegas que acepta hacer de guía para un joven llamado Cyrus Winnick, que
está de visita por primera vez en la ciudad. Pero durante la visita de Winnick,
una amiga de Wild, Holly, contacta con él para decirle que ha sido forzada por
un mafioso, pidiéndole su ayuda para ajustar cuentas con él por lo ocurrido.
Crítica: Remake en pobre de la igualmente pasable
Acorralado en Las Vegas [Dick Richards, 1986], en la que el director de Con Air
(Convictos en el Aire) [1996] y Los Mercenarios 2 [2012] convierte lo que debía
haber sido una cinta de acción de altos vuelos en un pretendido y pretencioso
filme de cine negro al que le falta garra y carisma por todas partes, amén de
un ritmo letárgico y un Jason Satham que, como en El Protector (Homefront)
[Gary Fleder, 2013], busca más la pausa dramática y las largas miradas a romper
mandíbulas cada veinte segundos (lo relativo a Holly y su violación, resuelto
de forma extraña y dejando un espantoso mal sabor de boca; el retrato de
Winnick, un hombre que en teoría lo tiene todo pero que vive acobardado de si
mismo: Angarano no es la novena maravilla del mundo, pero sí eficiente por la
mínima; Wild, cometiendo el clásico error que todos hacen en Las Vegas cuando se
sienten en racha ganadora: un anti-epic moment rayando en la vergüenza ajena).
Con uno o dos secundarios que realmente están bien en sus papeles pero con una
fotografía plana y rutinaria y una banda sonora que va a acorde con lo soso y
aséptico de un film sin alma, Jugada Salvaje es precisamente de todo menos
salvaje, adoleciendo una calma soporífera en que por no salvarse no se salvan
ni las escenas de acción (el uso de cámara lenta para las peleas, quitándoles
todo sentido de emoción y de adrenalina, como si eso sirviera para hacerlas
grandilocuentes: un fallo garrafal; Davis y Tucci, la primera encantadora y el
segundo robando cada segundo de metraje para ser lo único decente de un
largometraje indecente por su gran necedad fílmica). Un proyecto endeble y
pestilente como un barrizal nauseabundo, que desperdicia dinero y tiempo en una
fábula sobre dinero y sueños perdidos (Wild, soñando con Córcega), y que
provoca un aburrimiento aún más mortífero que los puños de Statham.
La Puntilla: ¡RECRISTO!. ¿¡Tanto cuesta pillar que una
peli de Jason Statham sin peleas y muertes en masa es una ponzoña miserable!?.
Mi
Valoración
★★★★★
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