Vista En: Cines Ocimax (Gijón), viernes 6 de agosto de
2010.
Título Original: Inception.
Director: Christopher Nolan.
Guión: Christopher Nolan. Género: Ciencia Ficción.
Música: Hans Zimmer. Fotografía: Wally Pfister.
Decorados: Larry Dias y Doug Mowat. Vestuario: Jeffrey Kurland.
Productoras: Warner Bros., Legendary Entertainment y
Syncopy.
Presupuesto: ±160.000.000 $.
Países: USA y Reino Unido. Año: 2010. Duración: 148 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Leonardo DiCaprio
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Dom Cobb
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Joseph Gordon-Levitt
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Arthur
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Ellen Page
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Ariadne
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Tom Hardy
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Eames
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Ken Watanabe
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Saito
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Dileep Rao
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Yusuf
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Cillian Murphy
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Robert Fischer
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Tom Berenger
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Browning
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Marion Cotillard
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Mal
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Pete Postlethwaite
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Maurice Fischer
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Michael Caine
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Miles
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Lukas Haas
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Nash
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un futuro cercano, un ladrón especializado
en robar secretos corporativos mediante una máquina de compartir sueños es
capturado por su último objetivo, dándole una oportunidad para librarse de su
ira, pidiéndole que en vez de robar información implante una idea en su rival,
para que éste no siga los pasos de su padre y acabe controlando el mundo con su
empresa.
Crítica: Después de la mágica El Truco Final (El
Prestigio) [2006] y el duelo entre Batman y el Joker en El Caballero Oscuro
[2008], Christopher Nolan da otro aldabonazo de tomo y lomo gracias una
película cuidadísima tanto en su guión como en su puesta en escena, de una
elegancia tan desbordante como a la vez magníficos efectos especiales, en una
increíble aunque a veces algo confusa mezcla de realidad y ficción, poniendo todo
vuelto del revés (uno de los personajes, explicando los diferentes niveles de
sueño así como el tiempo y su percepción de uno a otro lado; Ariadne,
descubriendo su potencial con el mundo del sueño con una sola sesión: lo de
plegar edificios como páginas de un libro es, desde ya, uno de esos momentos
hechos para entrar a los anales del cine; Mal, una maravillosa Marion
Cotillard, destilando glamour y belleza en todo momento: cada aparición eleva
el peligro por enteros). Tomando un reparto en el que no hay asperezas ni
tampoco rezagados que lo estropeen, Leonardo DiCaprio se revela como un
referente actoral en toda regla, capaz de cubrir todas las emociones posibles
como un hombre sin hogar en busca de redención (Cobb y Mal, en ventanas
opuestas, con el primero intentando que la segunda no salte; el mundo onírico,
capaz de crear escaleras que no van a ninguna parte, de crear ciudades enteras
o de meter trenes en mitad de una carretera: sensacional; Cobb, haciendo girar
una peonza dentro de una caja fuerte sin entender sus consecuencias). Densa en
sus casi dos horas y media de metraje, Zimmer y Pfister crean una fotografía y
una banda sonora que se ajusta como un guante, en tanto su narrativa hace que
todos vayan teniendo su momento de gloria (Berenger y Caine: extraordinarios;
Levitt y Hardy, muy divertidos; Watanabe y Murphy, impecables). Y su final, tan
sencillo como a la vez insuperable, dando sentido e importancia a la palabra
“peliculón”.
La Puntilla: ¿Un futuro de la hostia y la gente solo sueña
con ciudades?. Pues vaya birria de soñadores que tiene el futuro.
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