HISTORIA DE UNA TARDE: 1991
Era un jueves, a fecha 5 de
diciembre de 1991. Yo contaba 13 años y medio, y dando una vuelta por mi
ciudad, pasé por delante del cine, donde encontré el póster de Terminator 2: El
Día del Juicio Final. Impresionado, justo debajo del afiche con un imponente
Arnold Schwarzenegger, me encontré un cartel muy mono con la siguiente frase:
“No recomendada menores de 18 años”. En aquel tiempo, en el que los 13 años que
se podían tener no tenían nada que ver con los 13 años de generaciones
posteriores, lo de ‘no recomendada’ era prácticamente decir “prohibida”. Así
sin más. Y así fue, que perdí la ocasión de verla: mis padres jamás accederían
a ver esa peli conmigo y a mis amigos de entonces el cine no les interesaba
mucho, estábamos a otras cosas. Cabe decir que no sabía de qué iba la peli,
pero ese póster de Arnold en una Harley recortada en mano ya fue suficiente
reclamo para despertar mi curiosidad. Y rabié, deseando en mi interior tener 18
para ver cualquier peli sin problema alguno. La inocencia de aquella época.
Cargué contra el cine y esa decepción me hizo alejarme de él, de perder cierta
afición que tenía hacia ir al cine, y paulatinamente me fui alejando de las
pantallas grandes, así durante varios años. Mi deseo todavía me arde en la
cabeza por mi estupidez, porque ahora daría lo que fuese por volver a aquellos
13 años, y me arrepiento de falta de iniciativa para ir solo a verla, pero a
esa edad jamás hubiese pensado de ese modo. Me faltaba madurez para algo así.
Así acabé alejado del cine durante varios años, por obra y gracia de un
pensamiento producto de la ingenuidad más cándida. Mi distanciamiento duró
hasta que algo pasó que me devolvió a mi lugar. Algo que agradecí cuando
sucedió, pues mi decepción se desvaneció para siempre. Pero como escribió Michael
Ende en La Historia Interminable [1979], «esa es otra historia y debe ser
contada en otra ocasión».
Nº De Serie: NC/TCM/00088. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Sábado, 2 de julio de 2016.
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