LOVECRAFT Y LA DEUDA PENDIENTE
Mucho antes de que Stephen King
instaurase sus terrores de pueblecitos del medio oeste de USA, Howard Phillips
‘H.P.’ Lovecraft (1890-1937), creó toda una cosmogonía de terror como no se
había conocido antes, haciendo que una serie de nombres trascendieran sus
páginas y se quedaran para siempre en el inconsciente colectivo, tales como
Arkham, Cthulhu o el Necronomicón. Pero, al revés de lo que sucedió con King,
cuyos libros han sido llevados al cine con un éxito arrollador no exento de
algún que otro tropiezo por el camino, con el trabajo de Lovecraft, cuyo
apellido sirve como denominación de origen de un género propio (el terror
lovecraftiano), su suerte ha sido, por decirlo muy sutilmente, desigual. Y eso
que intentos los ha habido de todas clases, desde cortometrajes hechos
periódicamente a cosas del estilo de Terror en Dunwich [Daniel Haller, 1970],
La Granja Maldita [David Keith, 1987] y Dagon, la Secta del Mar [Stuart Gordon,
2001], por cintar tres al azar. Si bien con King toda la fuerza de su terror consigue
ser plasmada en fotogramas, y como prueba ahí están Carrie [Brian De Palma,
1976], Los Chicos del Maíz [Fritz Kiersch, 1984] y Los Tommyknockers [Tommy Lee
Wallace, 1993], entre otras, con el autor de En las Montañas de la Locura, A
Través de las Puertas de la Llave de Plata y La Llamada de Cthulhu no ocurre lo
mismo, diluyendo de una forma dolosa la pureza de su suspense y su terror al
ser incapaces de captar totalmente el contenido de sus relatos. H.P. Lovecraft
es la deuda pendiente del cine, una deuda aún no saldada para reivindicar su
figura como uno de los literatos más influyentes y poderosos del género. Una
espera que quizá, con el auge de los efectos especiales y por ordenador, pronto
se pague para poner al escritor de Providence en el lugar que le corresponde
como el rey indiscutible del horror cósmico y abismal: ese lugar reservado para
los auténticos genios.
Nº De Serie: NC/TCM/00057. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 3 de junio de 2016.
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