CADA 20 AÑOS, LA MISMA HISTORIA
Existe en el cine y la
televisión una tradición de, cada 20 años, echar la vista atrás para comprobar
si, en efecto, aquella época fue tan buena como parece o peor de lo que se
recuerda. En los años 70 Happy Days revivió “los felices 50”, y una década más tarde
Aquellos Maravillosos Años hizo lo mismo por los 60. Esto tiene una doble
función: por un lado, que los ahora padres revivan su juventud para recordar
esa era de libertad, inseguridad y futuro por delante; otro, el que sus hijos
pequeños sepan como eran las cosas cuando sus padres tenían su misma edad. Pero
más allá de esta faceta didáctica, bien cierto es que esta curiosidad,
especialmente en la TV más que en el cine, posee cierto un sabor amargo. Sabor
a comparar “antes” con “ahora”, cuando es evidente que 20 años es suficiente
para un cambio radical en la sociedad y las personas que la forman. Revisionar
el pasado es peligroso: puede jugar a reescribirlo y no precisamente para bien,
dependiendo de quien lo haga y para qué lo haga. A medio camino entre la
nostalgia y el cariño, volver la vista atrás sirve como excusa para recordar
nuestros orígenes, para desatar ese sentimiento que nos hace evocar los años de
juventud y retrotraernos a nuestro antiguo yo, tanto para bien como para mal.
Como recurso narrativo, 20 años suponen un túnel del tiempo incisivo y mordaz,
a veces conmovedor, a veces desgarrador, que traza una raya para definir
(¿redefinir?) el sentir y el pensar de un mundo en permanente estado de
tránsito. Porque la moda, la música e incluso hasta los prejuicios e ideales se
transforman con el tiempo. De virtuoso a pecaminoso, de aceptado a rechazado y
viceversa, el cine y la TV siempre se encargarán de poner en solfa la visión
común de una generación para contrastarla con la siguiente, así una y otra vez.
Porque como reza ese dicho tan conocido, “20 años no son nada”. Porque, cada 20
años, la misma historia.
Nº De Serie: NC/TCM/00021. Escrito Por: The Cineman.
Publicado El: Viernes, 11 de marzo de 2016.
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