Vista En: Gnula.nu, martes 7 de noviembre de 2017.
Título Original: Friday the 13th Part VII: Jason Takes
Manhattan.
Director: Rob Hedden.
Guión: Rob Hedden. Género: Terror.
Música: Fred Mollin. Fotografía: Bryan England.
Decorados: Linda Vipond. Vestuario: Carla Hetland.
Productoras: Paramount Pictures, Horror Inc. y Sean S.
Cunningham Films.
Presupuesto: ±5.000.000 $.
Países: USA y Canadá. Año: 1989- Duración: 100 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jensen Daggett
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Rennie Wickham
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Scott Reeves
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Sean Robertson
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Barbara Bingham
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Colleen Van Deusen
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Peter Mark Richman
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Charles McCulloch
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V.C. Dupree
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Julius Gaw
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Kelly Hu
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Eva Watanabe
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Sharlene Martin
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Tamara Mason
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Gordon Currie
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Miles Wolfe
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Saffron Henderson
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J.J. Jarrett
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Martin Cummins
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Wayne Webber
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Warren Munson
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Almirante Robertson
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Kane Hodder
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Jason Voorhees
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Resucitado por error mientras reposaba en el
fondo de un río de Crystal Lake, Jason Voorhees navega corriente abajo hasta
llegar al Lázarus, un barco que zarpa del lugar con rumbo a Nueva York con un
profesor y varios de sus estudiantes. Atrapados debido a una tormenta, Jason
descarga sus iras homicidas sobre ellos, que intentan pararle los pies como
pueden.
Crítica: Deficiente y poco inspirada octava entrega de
las andanzas sobre el asesino de la máscara de jockey, que acumula torpezas
varias que convierten su duración e historia en una sucesión de de topicazos
que aparte de probar como van cambiando los tiempos según la saga va creciendo,
sacando lo peor de la serie B menos disfrutable (J.J. Jarrett, una réplica en
pobre de Joan Jett, con guitarra eléctrica incluida y todo; Tamara Mason, la
clásica arpía de instituto con mucho de cuerpo bonito y más de fría
manipuladora, el extraño encuentro de Rennie con “algo” a través de los espejos
del baño: un golpe de efecto muy claramente copiado de Poltergeist III [Gary
Sherman, 1988], que abre una vía la cual jamás llega a concretarse del todo).
Luciendo vestuario o más bien metiendo unos modelitos que no favorecen en
demasía, y con uno o dos secretitos que busca añadir algo de misterio a una
trama que en realidad carece totalmente de él, lo absurdo de algunas secuencias
certifican un film al que le falta garra y de ritmo, haciendo de la ópera prima
de Rob Hedden un fiasco de lo más rotundo (Wayne Webber, un aspirante a Steven
Spielberg cámara en mano para grabarlo todo, eterno y acomplejado perdedor de
clase enamorado de la persona menos indicada; la sobreprotección de McCullough
respecto a su sobrina Rennie y al fobia al agua que ella padece: Richman está
más que estupendo en su papel; Julius, decidiendo usar su habilidad para el
boxeo contra Jason para derrotarle a golpes: a grandes rasgos, el ejercicio de
futilidad más grande de todas las películas, cuyo resultado no desmerece un
instante igualmente increíble). Llegando a unas cotas de locura total en uno o
dos momentos (Jason, en el metro), Viernes 13 VIII: Jason Toma Manhattan es un
descenso en el escalafón de la calidad y el prestigio, hundiéndose poco a poco
en las aguas de la mediocridad. Y lo del flashback así lo demuestra.
La Puntilla: Parte VIII, 8ª Parte, Parte 8ª...por dios, ¿pero tan difícil es que los subtítulos para numerar estas pelis no sea tan caótico?.
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