Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 27 de agosto
de 2017.
Título Original: Verónica.
Director: Paco Plaza.
Guión: Fernando Navarro y Paco Plaza. Género: Terror.
Música: Eugenio Miras, firmando como Chucky Namanera. Fotografía: Pablo Rosso.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Vinyet Escobar.
Productoras: Radio Televisión Española, Ministerio de
Educación Cultura y Deporte, Instituto de Crédito Oficial, Orange S.A., Sony
Pictures International Productions, Film Factory, Apaches Entertainment y
Expediente La Película AIE. Presupuesto: [Desconocido].
País: España. Año: 2017. Duración: 105 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sandra Escacena
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Verónica
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Bruna González
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Lucía
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Claudia Placer
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Irene
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Iván Chavero
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Antoñito
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Ana Torrent
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Ana
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Consuelo Trujillo
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Hermana Muerte
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Ángela Fabián
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Rosa
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Carla Campra
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Diana
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Chema Adeva
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Romero
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Miranda Gas
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Rodríguez
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Luís Rallo
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Navarro
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Nayara Feito
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Vecina de enfrente
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1991, Verónica es una adolescente aún
dolida por la muerte de su padre que practica una sesión de Ouija con dos
amigas en el sótano de la escuela, el día que todos acuden a ver un eclipse
total de sol. Pero a partir de entonces la chica empieza a sentir que una
presencia maligna ronda por su casa de noche, amenazándola tanto a ella como a
sus hermanos.
Crítica: El 50% por cierto de [Rec] [co-dirigida con
Jaume Balagueró, 2007] y director de otros horrores como El Segundo Nombre
[2002] reconstruye con la suficiente pericia y calidad uno de los casos más
escalofriantes documentados por la policía, dándole su primer protagonista a
una Sandra Escacena que se convierte en el eje central de un relato que
descuida partes muy interesantes pero que ofrece momentos de enorme poder
visual (Verónica, dando la vuelta a los colchones de todas las camas,
encontrando algo escalofriante en ellos; la Hermana Muerte y la madre de
Verónica, la primera una anciana y ciega monja que roba atenciones en cada
aparición y la segunda una Ana Torrent a veinte años de Tesis [Alejandro
Amenábar, 1996] que deja regusto amargo en lo reducido de su papel de madre
absorta por su trabajo que está al margen de lo que pasa; la recreación de
1991, efectiva en todo momento). Jugando a balancear la tonalidad fotográfica
con luces y oscuridades que le dan un plus de angustia, la labor de Plaza se
alza por si sola como una propuesta con un alto poder perturbador, con un punto
entrañable y una serie de secundarios altamente desaprovechados (Leticia
Dolera, esposa de Plaza, un fugaz y casi desapercibido cameo, al igual que Maru
Valdivieso en su papel de vecina de abajo: las dos merecían más; el montaje
paralelo entre la sesión de Ouija y el eclipse solar, aumentando la tensión a
niveles insoportables a la espera que algo suceda; el prólogo, que en realidad
solo es la mitad de un clímax final al que sus letras explicativas y ciertas
fotos ponen los pelos de punta). Verónica es, tomando el pulso a películas
basadas en hechos reales como por ejemplo Expediente Warren [James Wan, 2013],
una acertada y atmosférica propuesta que reincide en su aviso de ese
erróneamente llamado “juego” de la Ouija. Y González, Placer y Chavero están
fantásticos incluso cuando inquietan.
La Puntilla: «No siempre hacen falta ojos para ver».
Hermana Muerte, o una monja que por si sola bien vale una película propia a la
voz de “ya”.
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