Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), domingo 7 de
septiembre de 2008.
Título Original: Journey of the Center of the Earth.
Director: Eric Brevig.
Guión: Michael Weiss, Jennifer Flackett y Mark
Levin, basado en la novela homónima de Julio Verne, publicada en 1864. Género: Aventuras.
Música: Andrew Lockington. Fotografía: Chuck Shurman.
Decorados: Louis Frederic Denomme, Marco Lavallée y
Benoit Robitaille. Vestuario: Mario Davignon.
Productoras: New Line Cinema, Walden Media, MELS y Mel’s
Cite du Cinema.
Presupuesto: ±45.000.000 $.
País: USA. Año: 2008. Duración: 93 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Brendan Fraser
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Trevor Anderson
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Josh Hutcherson
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Sean Anderson
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Anita Briem
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Hannah Ásgeirsson
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Seth Meyers
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Profesor Alan Kitzens
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Jean Michel Paré
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Max Anderson
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Jane Wheeler
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Elizabeth
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Frank Fontaine
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Anciano
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Giancarlo Caltabiano
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Leonard
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Kaniehtiio Horn
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Chica mascando chicle
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Garth Gilker
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Sigurbjörn Ásgeirsson
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Trevor Anderson es un profesor universitario
que intenta saber qué le pasó a su hermano Max, desaparecido años atrás.
Revisando las notas de Max, Trevor, su sobrino Sean y Hannah Ásgeirsson, la
hija de un científico que era amigo de Max, se embarcan en un viaje fantástico
donde descubren un mundo fabuloso que permanece oculto bajo la superficie
terrestre.
Crítica: El supervisor de efectos especiales Eric
Brevig, que ha trabajado en películas como Wild Wild West [Barry Sonnenfeld,
1999] y Señales [M. Night Shyamalan, 2004], realiza su ópera prima haciendo
otra revisión de la novela clásica de Julio Verne pero en una versión entre
deficiente y desgarbada a la que se nota le faltan los medios y le sobran los
defectos, intentando sin éxito disimular ambos con una historia que va
demasiado deprisa y comprimido en una duración en exceso breve (Fraser, en las
antípodas de su Rick O’Connell de La Momia [Stephen Sommers, 1999], todo quejas
y poses haciendo reír a base de quedar en ridículo; Kitzens, un personaje que
aparece y desaparece sin importar un carajo, y que parece estar ahí solo para
incordiar a Trevor; el diseño de los efectos especiales, un muy nulo intento de
ocultar una película rodada en estudio en condiciones dignas de la serie B).
Limitada mucho en el reparto y en sus interpretaciones y dejando que sea la
acción la que lleve la voz cantante, Viaje al Centro de la Tierra es un
escarnio cinematográfico que se dedica a reventar al escritor francés del siglo
XIX de manera sistemática, a resultas de un film que se desinfla a velocidad de
vértigo (el hecho de que en la mayor parte del metraje solo haya tres actores
de carne y hueso, lo que revela sus carencias para meter a más gente; el
inicio, apuntando maneras de como NO empezar una película; Hannah, explicando
lo que es un verniano a Trevor y Sean, tal vez lo único interesante de un film
carente de interés). Un desastre de proporciones titánicas como el Vesubio, de
corte eminentemente familiar y con absurdos por doquier (los protas, atrapados
en un mundo que desconocen, pero ni molestándose en buscar comida para
mantenerse), y con un final que evidentemente intenta abrir puertas a secuelas.
A pesar de sus buenas intenciones, Brevig dispara y falla. Y lo hace
estrepitosamente.
La Puntilla: Por cada película que vale la pena, hay otras
99 que no lo valen. Sobretodo si revientan clásicos literarios de forma tan
bochornosa.
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