Vista En: Youtube, viernes 24 de febrero de 2017.
Título Original: Vincent.
Director: Tim Burton.
Guión: Tim Burton. Género: Animación.
Música: Ken Hilton. Dirección Artística: Rick Heinrichs, sin acreditar.
Productora: Walt Disney Productions. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1982. Duración: 6 minutos. B/N.
Voces Originales:
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Personajes:
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Vincent
Price
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Narrador
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Vincent Malloy es un niño de siete años
obsesionado con el actor Vincent Price y el mundo gótico-siniestro de sus
películas. Aunque en su día a día Vincent vive con su dócil perro Abercrombie,
su hermana y su madre, su fantasía se dispara a la menor oportunidad, sumergido
en el horror de Edgar Allan Poe así como en su deseo de realizar experimentos
malvados.
Crítica: Ópera prima de Tim Burton, quien opta por
crear un cortometraje a base de la técnica stop-motion (esto es, fotograma a
fotograma usando unos muñecos reales y no dibujados), y poseedor de una
cuidadísima estética y una fuerza visual tan particular como agobiante,
realizando al mismo tiempo un más que sentido homenaje a la figura de Vincent
Price, que además hace el inmenso privilegio de aportar su cavernosa y
sepulcral voz a la narración, lo que potencia todavía más la melancolía y el
ambiente inquietante de un niño distinto de los demás (los detalles secundarios
que van y vienen a lo largo de sus seis minutos de duración, pequeñas perlas
que rinden tributo a las pelis de quien años ha fuese quintaesencia del terror
en clásicos del género de la clase de House on Haunted Hill [William Castle,
1959] y La Caída de la Casa Usher [Roger Corman, 1960]; cada transformación de
Vincent, pasando de un niño Jekyll a un perverso Hyde: la escena con su tía o
su expresión de placer morboso al experimentar con su simpático perro dan de la
oscura pasión de un niño por alejarse de convencionalismos; el detalle de que a
ninguno de los adultos se le ve por encima de la cintura o los hombros,
focalizando la trama en Vincent y en su mundo particular, que no en la
realidad). Tomando partes de Edgar Allan Poe como su poema El Cuervo [1845], y
haciendo gala de unos escenarios retorcidos y fascinantes, lo agradecido de
filmar en un enfermizo blanco y negro no hace si no evidenciar un exquisito
gusto por lo tétrico y lo diferente, mezclando terror y fantástico a las mil
maravillas (su escena final, donde lo sombrío y perturbador de la mente de
Vincent se desata en toda su potencia, dando un magnífico remate a la historia;
algunos de sus escenarios, extrañamente desquiciados o distorsionados). Vincent
es, en si mismo, una más que extraordinaria carta de presentación que disfrutar
a lo grande.
La Puntilla: No todos los niños jugarán a las mismas
cosas. Unos prefieren el la risa y la diversión. Y otros, el espanto y el
terror.
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