Vista En: Tele 5, miércoles 27 de julio de 2005.
Título Original: Inferno.
Director: John G. Avildsen.
Guión: Tom O’Rourke. Género: Acción.
Música: Bill Conti. Fotografía: Ross A. Maehl.
Decorados: Gert Broekema, Tiffany Cowsill, Stephen
McCumby, Tim Scheu y Lee Thomson. Vestuario: Mayes C. Rubeo.
Productoras: Long Road Productions, KPI Productions,
Davis-Films, Lomax Productions y PM Entertainment Group. Presupuesto: ±15.000.000 $.
País: USA. Año: 1999. Duración: 95 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jean-Claude Van Damme
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Eddie Lomax
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Pat Morita
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Jubal Early
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Danny Trejo
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Johnny Seis Dedos
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Gabrielle Fitzpatrick
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Rhonda Reynolds
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David ‘Shark’ Fralick
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Matt Hogan
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Silas Weir Mitchell
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Jesse Hogan
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Jonathan Avildsen
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Petey Hogan
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Larry Drake
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Ramsey Hogan
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Vincent Schiavelli
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Sr. Singh
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Jaime Pressly
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Dottie Matthews
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Bill Erwin
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Eli Hamilton
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Ford Rainey
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Pop Reynolds
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Eddie Lomax, un veterano de guerra brumado
por la pérdida de su amigo Johnny y los recuerdos de su experiencia en combate,
es atacado en el desierto por los hermanos Hogan, robándole la moto y dándole
por muerto. Encontrado vivo por una chica, Dottie, ésta lo lleva a su pueblo,
desde donde buscará recuperar su moto sin importar quien caiga por el camino.
Crítica: El otrora realizador de Rocky [1976] y Karate Kid, el Momento de la Verdad [1984] es el encargado de dirigir una cinta para
lucimiento exclusivo de un Van Damme en horas bajas, el cual casi podría pasar
por un western de medio pelo hecho en los años 40, que si bien saca algo de
partido en materia de escenarios y localizaciones, el resto se va por la
pendiente de una trama absurda y sinsentido, trufada de secundarios eficientes
que van y vienen sin que importe demasiado (el inicio, con un Lomax pasado de
copas en mitad del desierto, encontrándose con los hermanos Hogan; las
apariciones de un fantasmal Danny Trejo, en que no queda claro si en verdad
Lomax alucina o en verdad está viendo espíritus; la llegada de éste al pueblo
gracias a Dottie, una muy sexy Jaime Pressly). Endeble en cuanto al guión y más
en cuanto a la progresión narrativa, Van Damme’s Inferno es una mera excusa
para escenas de acción y alguna otra de cachondeo en la que detrás de un
McGuffin como una casa de grande solo se esconde un actioner rutinario sin
demasiada garra que evidencia a un director lejos de sus días de gloria (el
deseo de Lomax de recuperar su moto: ¿para qué la quiere recuperar, cuando en
teoría al inicio de la película tenía intención de suicidarse?; éste,
pasándoselo en grande con dos chicas a la vez, bajo la atenta mirada de dueña
del motel donde se aloja: involuntariamente cómico; el plan para enfrentar a
los Hogan con una banda rival, directamente plagiado de El Último Hombre
[Walter Hill, 1996], y por donde asoma Larry Drake, el villano de Darkman [Sam
Raimi, 1990]). Pasable pero no especialmente brillante ni tampoco bien
trabajada, Avildsen crea un film al que no le faltan momentos de locura (el
final, en el que el pueblo saca provecho a lo ocurrido de la forma menos
imaginable), pero que sin duda está a mucha, mucha distancia de lo que en otras
manos podría haber ofrecido.
La Puntilla: “¡Solo quiero mi moto!. ¡Y si no me la
devolvéis, haré estallar el país de un extremo a otro hasta recuperarla!,
¿¡ESTÁ CLARO!?”.
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