Vista En: Youtube, martes 14 de marzo de 2017.
Título Original: Telescope.
Directores: Collin Davis y Matt Litwiller.
Guión: Eric Bodge. Género: Ciencia Ficción.
Música: Doug Kaplan y Zach Robinson. Fotografía: Travis LaBella.
Decorados: David A. Flores. Vestuario: Dana Dillion.
Productoras: Observatory Productions y Observatory Media.
Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2013. Duración: 10 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Harwood Gordon
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Astronauta
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Sébastien B. Lubin
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Arqueólogo
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Anna Campbell
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Voz del ordenador de a bordo
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el año 2183, la Tierra es un páramo
desierto y sin vida, y la raza humana ha emigrado a las estrellas en busca de
un nuevo planeta donde recomenzar de nuevo. Un astronauta decide emprender un
viaje en el tiempo para encontrar el momento en que la Tierra se desertizó,
pero un accidente durante un salto temporal provoca que su misión pueda no
completarse.
Crítica: Usando de premisa el axioma científico de que
un telescopio viene a ser lo mismo que una máquina del tiempo (ya que al mirar
a cualquier punto en el espacio exterior se ve no como es, si no tal como lo
era hace milenios o millones de años, dependiendo de su distancia), Davis y
Litwiller invierten el sueño de la búsqueda de planetas con vida para hacer una
sutil queja sobre el medio ambiente, dotado de una envolvente y minimalista
atmósfera así como de unos efectos especiales de primer orden (el arqueólogo
cósmico, buscando encontrar el año exacto en que el hogar de la humanidad se
quedó como un páramo estéril haciendo una serie de saltos hiperespeciales para
alejarse de la Tierra y así verla tal como fue; la propia nave, cuyo anillo
giratorio es una mezcla de la Leonov de 2010: Odisea Dos [Peter Hyams, 1984]
combinado con Horizonte Final [Paul W.S. Anderson, 1997]; el prólogo y el epílogo,
donde un astronauta del presente hace unas reflexiones de lo más interesantes).
Genial en la banda sonora a cuatro manos de Kaplan y Robinson, evocando al
mejor Tangerine Dream, y usando un poder evocador palpable, Telescope se sirve
en bandeja de plata como un cortometraje magníficamente perpetrado sobre los
anhelos humanos y la forma en que la humanidad busca los orígenes de si misma,
usando para ello todos los recursos a su alcance (el instante en el que la nave
sufre el accidente, dejando a su ocupante ante la duda de seguir con la misión
a riesgo de no volver, o abandonarla y volver al planeta; la frase «Al atarse a
la Tierra, soñábamos con visitar las estrellas. Al atarse a las estrellas
soñaremos con regresar a casa», digna de quitarse el sombrero; un anciano, en
una colina, mirando al cielo estrellado con un pequeño telescopio de pie: pura
evocación a potencia infinita). Un trabajo de una gran calidad, que usa sus
ocho minutos de forma magistral. Los dos restantes son solo créditos.
La Puntilla: Mucho me temo que la humanidad será tan
idiota para buscar la salvación del planeta cuando éste ya se haya consumido.
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