Vista En: TVE-1, jueves 9 de marzo de 2006.
Título Original: Murder at 1600.
Director: Dwight H. Little.
Guión: Wayne Beach y David Hodgin. Género: Intriga.
Música: Christopher Young. Fotografía: Steven Bernstein.
Decorados: Tedd Kuchera. Vestuario: Denise Cronenberg.
Productoras: Warner Bros., Regency Enterprises, 1600
Limited Partnership y Kopelson Entertainment. Presupuesto: ±20.000.000 $.
País: USA. Año: 1997. Duración: 107 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Wesley Snipes
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Detective Harlan Regis
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Diane Lane
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Agente Nina Chance
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Daniel Benzali
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Nicholas ‘Nick’ Spikings
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Dennis Miller
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Detective Stengel
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Alan Alda
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Alvin Jordan
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Ronny Cox
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Presidente Jack Neil
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Diane Baker
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Kitty Neil
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Tate Donovan
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Kyle Neil
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Harris Yulin
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General Clark Tully
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Tom Wright
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Agente Cooper
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Nicholas Prior
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Paul Moran
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Nigel Bennett
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Burton Cash
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Harlan Regis, detective de la policía de
Washington DC, acude a la Casa Blanca donde es solicitado para investigar la
muerte de una empleada llamada Carla Town. Emparejado a su pesar con la joven
agente del Servicio Secreto Nina Chance, Regis no tarda en sospechar que el
caso y las pruebas se están manipulando para así implicar a la propia familia
presidencial.
Crítica: Director de otros actioners como Señalado por
la Muerte [1990] y la de Rapid Fire [1993], Dwight H. Little firma una película
de intriga política a la que le pueden los topicazos y los defectos narrativos,
que curiosamente se suma a otros estrenos del mismo corte como Poder Absoluto
[Clint Eastwood, 1997] y Conspiración en la Sombra [George Pan Cosmatos, 1997],
que al igual que el film de Cosmatos peca de una pareja estelar con enorme
presencia por separado por escasa en conjunto (Snipes y su pretendido toque de
comedia a la hora de interpretar a Regis, innecesario y sobrante por entero;
Diane Lane, una determinada y joven agente limitada por la frialdad de su papel
pero que consigue bordar su personaje; Benzali, probando que ese porte
hierático visto en Murder One [1994] es perfecto para las ambigüedades: sus
puyas a Regis son de lo mejor de la cinta). Mejor en los secundarios como Alan
Alda y Ronny Cox, la cinta pivota una y otra vez sobre los mismos giros que
pretenden ser sorprendentes pero que se ven venir con mucha antelación,
lastrando toda la trama y hasta dejarla en niveles de una enorme deficiencia
(el debate entre Alvin Jordan y el presidente sobre su negativa a rescatar a
unos soldados que están atrapados en Corea del Norte, que involuntariamente
lanza una curiosa pregunta al aire: ¿de verdad el electorado escogería un
presidente que no ha hecho servicio militar?; el inicio, con Regis hablando con
un posible suicida: un remanente de Arma Letal [Richard Donner, 1987],
cambiando una azotea por una arma cargada; los hallazgos de Regis, poniendo el
dedo en la llaga de que ni en la familia presidencial se libran de miserias
universales). Un trabajo un tanto desdibujado y que sucumbe a la comercialidad
de sus estrellas, que de ese modo corrompe lo que en otras manos podía haber
dado mucho juego, degradando de categoría a una película que se merecía mejor
destino.
La Puntilla: Un mismo año, y tres películas con el mismo
tema central. ¿Es que en Hollywood no conocen el significado de
“originalidad”?.
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