Vista En: La 2, miércoles 27 de octubre de 1993.
Título Original: I Married a Monster from Outer Space.
Director: Gene Fowler Jr.
Guión: Louis Vittes. Género: Ciencia Ficción.
Música: Daniele Amfitheatrof, Hugo Friedhofer, Leith
Stevens, Victor Young y Franz Waxman, todos sin acreditar. Fotografía: Haskell Boggs.
Decorados: Robert Benton y Sam Comer. Vestuario: Hazel Hegarty y John Noble.
Productora: Paramount Pictures. Presupuesto: ±175.000 $.
País: USA. Año: 1958. Duración: 78 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Tom Tryon
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Bill Farrell
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Gloria Talbott
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Marge Bradley
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Peter Baldwin
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Oficial Hank Swanson
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Robert Ivers
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Harry Phillips
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Chuck Wassil
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Ted Hanks
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Valerie Allen
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Francine (prostituta)
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Ty Hungerford
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Mac Brody
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Ken Lynch
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Dr. Wayne
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John Eldredge
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Capitán de Policía H.B. Collins
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Alan Dexter
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Sam Benson
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James Anderson
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Weldon
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Jean Carson
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Helen Rhodes
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Después largo tiempo posponiéndolo, Marge
Bradley consigue al fin casarse con su prometido Bill Farrell. Pero al poco de
casarse comienza a ver extraños comportamientos en su recién marido que la
hacen sospechar de que quizá él no sea la misma persona de antes, sin saber que
en realidad Bill ha sido atacado y reemplazado por un alienígena de otro
planeta.
Crítica: Inofensiva y a la vez delirante propuesta de
ciencia ficción firmada por el mismo autor de Yo Fui un Hombre Lobo Adolescente
[1957], con unos efectos especiales mínimos y nimios para justificar su pertenencia
al género y partiendo de cierta premisa real pero llevada en un contexto
completamente diferente, con un guión que recuerda de forma poderosa a La
Invasión de los Ladrones de Cuerpos [Don Siegel, 1956] (las suspicacias de
Marge acerca del cambio de personalidad de su flamante marido, algo que sucedió
con muchas mujeres del país tras el regreso de sus maridos de la Segunda Guerra
Mundial; el modo en que los monstruos “capturan” a sus víctimas para
duplicarlas y/o poseer sus cuerpos, más simple que un ajo: Norrisville, el
perfecto pueblecito americano, victima de un mal que va poco a poco
apoderándose de él, igual que Santa Mira del film de Siegel). Eficiente por los
pelos en la actuación de su elenco principal como los secundarios, lo elegante
del vestuario como de la fotografía y su tono en blanco y negro forman un
divertimento sin malicia ni trascendencia, convirtiendo lo que debía ser una
invasión alienígena en un melodrama inclasificable, con extraños rasgos
escondidos (un poseído Farrell, contando a Marge la verdad sobre el porqué
hacen lo que hacen; el retrato de Marge y el resto de las mujeres, cuya única
ambición se limita a ser “esposa de” y nada más; la tarde de picnic, en el que
un accidente se transforma en tragedia por la razón más inesperada). Rayando lo
absurdo y lo malicioso en ciertos momentos (el cambio de cara de algunos
vecinos del pueblo; el jefe de policía, intentando avisar de lo que ocurre), Me
Casé con un Monstruo del Espacio Exterior agrupa ella sola la esencia de los
films de aliens de la época, haciendo de su surrealismo algo entrañable. Y su
plano final, donde se ve las dimensiones de la invasión, otra muestra de la
serie B más eficiente.
La Puntilla: “Por fin que consigo casarme con mi novio me
encuentro que no es la misma persona de antes. ¿Será cosa mía o de verdad es
otro?”.
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