“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Mi Nombre es Millie [2015]

 Publicado El: Miércoles, 6-Sep-2017. Nº De Serie: C25/TCM/0002137.
 Vista En: Youtube, martes 5 de septiembre de 2017.
 Título Original: Imagine.
 Director: Carl Mason.
 Guión: John F. McDonald. Género: Drama.
 Música: Barbara De Biasi. Fotografía: Jack Shelbourn.
 Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Helena Trabar.
 Productora: Carl Lewis Films. Presupuesto: [Desconocido].
 País: Reino Unido. Año: 2015. Duración: 9 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Maisy Nixon
Millie
Claire Whitelock
Mamá
Dan Burman
Papá
Tim Dalgleish
Doctor
Millie
Price
Ana Diego
Profesora
Holly Hall
Ayudante de profesora
Emma Price
Enfermera

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Millie es una niña que a los tres años de edad es diagnosticada de Niemann-Pick tipo C, un raro trastorno genético neurodegenerativo que le irá privando de sus funciones motoras y mentales de forma progresiva. A sus diez años, Millie se esfuerza en ser como el resto de niños, pero conforme la enfermedad avanza sus padres buscan algún remedio para curarla.

 Crítica: Debut en solitario de Carl Mason como director, después de Querida May [co-dirigida con Lewis Thompson, 2014], en un trabajo precioso pero a la vez terrible el que se mete a fondo tanto en el siempre controvertido tema de las llamadas enfermedades raras como en el de éstas cuando son los niños las víctimas de dichas dolencias, evitando cualquier atisbo de escabrosidad a base de un pequeño relato que parte desde la más tierna inocencia para dar a conocer la Niemann-Pick tipo C (la narración en off de Millie, una niña vital y optimista aquejada de un mal que sus sobrepasados padres no le han sabido explicar en toda su extensión; ambos, en la cama, discutiendo sobre viajar a Estados Unidos en busca de un tratamiento experimental: la esperanza contra la más negra aceptación; el doctor, explicándoles a éstos el número de casos detectados a nivel nacional y mundial: una rareza tan escasa en porcentajes que carece de medios para ser estudiada y atajada). Apelando al corazón y a un tono marcadamente dramático y algo moroso, Mi Nombre es Millie mete el dedo en la llaga hasta el nudillo a la hora de exponer lo que supone vivir con una espada de Damocles sobre la cabeza, presa de algo que la ciencia médica puede diagnosticar pero no curar (la frase «Hola, soy Millie. Tengo 10 años», repetida varias veces pero subiendo el tono trágico a cada una de ellas; los créditos finales, donde aparecen niños reales aquejados del mismo mal: una simple mirada de uno de ellos es devastadora en sus implicaciones; Millie y su sueño de ser bailarina de ballet, una ilusión compartida con miles o millones de niñas en el mundo, pero que se convierte en algo mucho más simbólico). Un cortometraje-denuncia precioso y preciosista a pesar de la temática que trata, impresionante en el trabajo de su debutante Maisy Nixon como mucho más correcto en el resto del plantel. Mínimo, sí, pero también tremendo.

 La Puntilla: Pocas cosas destrozan tanto el corazón como los ojos de un niño al que una enfermedad le arrebata el alma.
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