Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 11 de marzo
de 2017.
Título Original: Moonlight.
Director: Barry Jenkins.
Guión: Barry Jenkins, basado en una historia
original En la Noche los Chicos Negros Parecen Azules, de Tarell Alvin
McCraney. Género: Drama.
Música: Nicholas Britell. Fotografía: James Laxton.
Decorados: Regina McLarney Crowley. Vestuario: Caroline Eselin-Schaefer.
Productoras: A24 y Plan B Entertainment. Presupuesto: ±1.500.000 $.
País: USA. Año: 2016. Duración: 111 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Trevante Rhodes
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Chiron, de adulto ‘Black’
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Ashton Sanders
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Chiron, de adolescente
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Alex Hibbert
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Chiron, de niño ‘Little’
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André Holland
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Kevin, de adulto
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Jharrel Jerome
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Kevin, de adolescente
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Jaden Poner
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Kevin, de niño
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Naomie Harris
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Paula
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Janelle Monáe
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Teresa
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Mahershala Ali
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Juan
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Patrick Decile
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Terrel
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Shariff Earp
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Terrence
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Edson Jean
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Sr. Pierce
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Chiron es un niño de Liberty City, Miami, que
entabla amistad con Juan, un traficante de drogas local que descubre que su
madre es una de sus clientas. En tanto Juan y su novia Teresa se interesan por
el chico, con el paso de los años crece entre las burlas de sus compañeros y su
interés por uno de sus compañeros, que se mete con él para fingir ante los
demás.
Crítica: Intimista pero a la vez demoledor relato
sobre el llamado “coming of age” (despertar a la madurez), centrado en este
caso en un niño de un barrio marginal atrapado en una vida marcada por la
delincuencia y los abusos, que se divide de forma magistral en tres capítulos
bien diferenciados entre si, lo que permite avanzar la historia en segmentos
(el primer encuentro de Little con Juan, o la paradoja de un delincuente capaz
de demostrar que queda un poco de ser humano en su interior; Paula, una madre
incapaz de soportar su propia vida, intentando asfixiarla entre chutes de
droga: su autodestrucción progresiva, con tal de huir de si misma, es una
amarga visión de una realidad más que cercana y muy desagradable; todas las
escenas en la escuela y en el instituto, o el acercamiento a un tema tan
terrible como es el acoso escolar: realista y trágico hasta lo indecible).
Impresionante en sus tres intérpretes principales, que matizan la evolución
personal de un chico a adolescente y a hombre adulto, la segunda película de
Jenkins después de Medicina para la Melancolía [2008] es un film sobre tabúes
como también el seguimiento a un joven cuyas circunstancias son tan peculiares
como él mismo, acorralado en más de un sentido (Chiron, ya adulto, visitando a
su madre en una clínica de rehabilitación: una escena que sirve para que Naomie
Harris saque lo mejor de si misma; el mutismo de Chiron a lo largo de sus
edades, siempre callado como si temiese alzar la voz frente a un mundo
inmisericorde; el reencuentro entre Chiron y Kevin, un viaje en busca de
cicatrizar heridas del pasado que matiza lo importante de redimirse de los
males cometidos). Un film sencillo pero magnético, que atrapa por la poderosa
pero a la frágil figura de un niño y su nacer a la vida y a la sexualidad en
condiciones difíciles, y que en el poso deja el regusto de un producto
artesano, brillante por definición.
La Puntilla: Una madre adicta, unos compañeros
maltratadores...con tales precedentes, lo raro es que no terminase como asesino
en serie.
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